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Romeo

La identidad de siempre y un paso adelante: así suena el nuevo disco de esta banda chilena de rock de guitarras.

16 de Diciembre de 2011 | 23:01 |

Diciembre es un mes familiar para Alamedas. Hace ya seis y cinco años fue en diciembre que este grupo chileno de rock lanzó sus primeros dos discos respectivamente, Alamedas (2005) y Precipicio (2006, reeditado luego en 2007); también hacia fin de temporada presentó el tercero, Carretera (2009), y lo mismo pasa ahora con Romeo (2011). Hay consistencia ahí: cuatro trabajos en plazos regulares, de títulos escuetos y sobre todo con la certeza de un paso adelante cada vez, como viene a quedar claro ahora de nuevo.

Primero hay un sonido reconocible hace años en este grupo formado en 2005 y encabezado desde el día uno por el cantante y guitarrista Alejandro Gómez y el guitarrista Ricardo Contesse, provenientes a su vez de Solar en los '90. Es el sonido que da la bienvenida en las primeras canciones de Romeo, con baterías ajustadas, guitarras nítidas, énfasis en la melodía y nuevas certezas de que a su debido tiempo estos hombres escucharon a grupos post-punk como Gang of Four, Magazine o Television para empezar.

Son sólo nueve canciones, a la usanza de un viejo LP y hasta con cierta división entre lado A y lado B sugerida en la diagramación de los títulos. Y precisamente ahí se oye el paso al frente: en ese "lado B" están las cuatro canciones más disparadas hacia adelante del disco, con una producción más intencionada en "Sigue", un pulso más arrastrado en "Puesto" y discursos más cargados en "Ya sabes" y "Sólo entonces", donde Alejandro Gómez canta cosas como "Aburrido de otra estúpida canción / En la vida no se aprende del amor" y "Deja de lado / sólo por un momento / esas canciones que pones / en la radio / y presta atención / a nuestro lado" respectivamente.

Hay más evidencias de continuidad y madurez enfrentadas aquí. Como ha pasado en cada disco de Solar y Alamedas desde 1995, la producción fue hecha por Gómez junto al fiel ingeniero inglés Barry Sage, esta vez entre mayo y septiembre de 2011 y entre Santiago y Madrid. Pero la novedad en los créditos es la presencia del tecladista argentino Tito Dávila, hombre con experiencia en gente como Los Enanitos Verdes y Los Rodríguez, que viene a sumar timbres de piano y órgano el sonido de esta banda de guitarras, junto a arreglos vocales también inéditos en la historia del grupo. En Romeo está el carácter previo sumado a las innovaciones del año: Alamedas ha vuelto a hacer una buena síntesis. Como cada vez.

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