Quilapayún: "Nuestra imagen es la de un grupo político, pero tenemos mucho más"

SANTIAGO.- "Por nuestro origen la política se transformó en una cosa muy central, pero hay un malentendido al respecto. Las imágenes se forjan, subrayan un aspecto y la gente lo percibe como lo más característico, pero hay mucho más".

Eduardo Carrasco, director de Quilapayún, tiene más que clara la enorme trascendencia que la agrupación ha tenido en el canto político. Sin embargo, reconoce que muchos no están al tanto de las diversas esferas que han cultivado, y es el punto en que la relación le produce algo de incomodidad.

"Siempre estuvimos y siempre vamos a estar en lo político, pero eso no implica que somos indiferentes a otras cosas. Tenemos canciones de amor, bailables, para pasarlo bien, metafísicas, cantatas muy diversas... Cosas que nos interesan del ser humano, de la vida", dice. "Pero nuestra imagen pública es la de un grupo cien por ciento político".

En parte para salir al paso de esta carga es que el grupo armó especialmente el repertorio que ofrecerá mañana en el Teatro Nescafé de las Artes, en un concierto que los reencontrará con su público y que dará el vamos a un intenso recorrido internacional.

"Vamos a presentar un concierto muy atractivo, porque incluye canciones de los últimos discos que no hemos tocado, y temas de la época del exilio, que tampoco conoce mucho la gente. Es un repertorio que tuvo mucha difusión en los países que visitamos y en los que vivimos en esos 15 años, pero que en Chile no se han escuchado casi nada", explica Carrasco.

"Va a ser un repertorio variado. Hay algunos elementos que siempre han estado presentes en nosotros, una cierta comicidad, ironía. Y también estarán las canciones que la gente quiere escuchar. Queremos dar una imagen simpática", agrega.

Esa cuota irónica pasa por canciones como "La gordinflónica ninfomanósica", y las que imprimeron en discos como Darle al otoño un golpe de ventana para que el verano llegue hasta diciembre (1980), y La revolución y las estrellas (1982). "Pensamos que el humor y el surrealismo pueden tener sentido en esta época", cuenta Carrasco.

En esa línea además no puede faltar "La batea", tema en constante actualización según la contingencia, y que en esta ocasión repasará "las piñericosas y la lucha de los estudiantes", entre otros tópicos que adelanta el director del grupo.

El concierto en el Nescafé de las Artes está fijado para las 21:00 horas, y aún quedan entradas en venta a través de Ticketmaster, con valores que van de $8.000 a $18.000 más cargos por servicio.