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The Rapture: "Nos sentimos queridos en Santiago"

Vuelve la banda neoyorquina que más aproximó el sonido post-punk al ritmo bailable, entre la generación de grupos internacionales de la década pasada. Tras su debut de 2007 en Chile, The Rapture se presenta este martes 24 en La Cúpula del Parque O'Higgins.

23 de Enero de 2012 | 13:10 | Por David Ponce, Emol
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Sin Matt Safer, ahora como trío, el grupo neoyorquino se presentará mañana en Santiago.

Songbird

SANTIAGO.- La última vez que pasaron por la ciudad pusieron en movimiento al Teatro Caupolicán, en su debut en vivo en Chile. Fue en noviembre de 2007 cuando la banda neoyorquina The Rapture estrenó en vivo en nuestro país la explosión de ritmo bailable y sonido post-punk, que los destacó entre la generación de grupos internacionales surgidos en la década pasada.

Casi cinco años después es la hora del retorno, a tono con el regreso discográfico que el grupo viene de protagonizar el año pasado. Tras los iniciales álbumes Mirror (1999), Echoes (2003) y Pieces of the people we love (2006), The Rapture dejó pasar los mismos cinco años para volver a grabar, y ese cuarto disco es In the grace of your love (2011), que la banda viene a estrenar en directo.

Ha sido además tiempo suficiente para cambios personales y de alineación en la banda. En el período previo al disco nuevo, el cantante Luke Jenner tuvo un hijo y perdió a su madre, quien se quitó la vida. También en esta época se alejó el bajista y cantante Matt Safer, de modo que desde 2009 The Rapture es encabezado por Luke Jenner (voz y guitarra), Gabriel Andruzzi (saxo y teclados) y Vito Roccoforte (batería).

"Matt es un gran músico, pero este disco fue el primero en ser escrito y grabado entre nosotros tres. Y en vivo estamos trabajando con otro integrante que está completamente incorporado, que hace coros y toca teclados, además de tocar bajo", dice Vito Roccoforte por teléfono, días antes de su arribo.

El grupo tocará este martes 24 a las 22:00 horas en el Teatro La Cúpula, en el interior del Parque O'Higgins, con acceso por calle Rondizzoni y con boletos disponibles por $22.000 en el sistema Puntoticket. En la jornada, organizada por Club Fauna, también se presentarán la banda local Adrianigual y la DJ y vocalista de Hercules & Love Affair, Kim Ann Foxman.

Queremos más cencerro

"Es una mezcla", dice el baterista acerca del repertorio en vivo de The Rapture en esta vuelta. "No tocamos todo el disco nuevo; nunca me ha gustado ir a conciertos donde sólo tocan canciones desconocidas. Toma tiempo que la gente conozca un disco, aunque éste ha andado muy bien. Estamos trabajando más el repertorio nuevo, pero definitivamente tocamos muchos éxitos de todos los discos".

Si se trata de éxitos, la provisión de The Rapture es generosa, caracterizada por las voces estentóreas de los vocalistas, las guitarras estridentes, las incrustaciones electrónicas, el saxo, las baterías bailables, y el detalle estimulante de los cencerros de Vito Roccoforte. Así suenan canciones como "House of jealous lovers" o "Echoes", del segundo disco; y sobre todo la serie entre "Pieces of the people we love", "Don gon don it", "Get myself into it", "The devil" y "Whoo! alright yeah... uh huh", del álbum siguiente. Post punk con un borde bailable a toda prueba.

-¿Cómo influyó no haber grabado un disco desde 2006?
-Creo que estábamos llenos de ideas. Una vez que empezamos a componer y grabar fue muy rápido.

-No parece haber cambios drásticos en el sonido del grupo. ¿Quisieron mantener cierta identidad más allá del paso del tiempo?
-Sí, de cierta forma es así, aunque algunas personas nos han dicho que cambió un montón —se ríe—, pero no es lo que nosotros creemos. En realidad no nos proponemos nada al respecto, simplemente nos juntamos los tres a cruzar ideas, primero individualmente y luego juntos.

-A propósito de lo individual, ¿de qué manera influyen en el grupo las circunstancias personales por las que ha atravesado el cantante, esa experiencia con la vida y con la muerte? ¿Se puede traducir eso de algún modo en un disco?
-Sí, estamos hablando de que tuvo un hijo y luego su madre murió, son cosas que indudablemente tienen un gran impacto. Y creo que eso está refejado en el disco, la pérdida y lo que eso significó para Luke. Tuvo que lidiar con todo eso, así que en cuanto a las letras es un disco muy personal, pero no es un impacto literal. Y musicalmente cubre mucho más que eso. Como yo toco la batería, no sé si mi batería refleje algo tan personal -sonríe-. Las letras son las que se llevan ese trabajo.

-¿No es irónico ser percibidos por mucha gente como una banda de fiesta, bailable, y asumir que también se pueden abordar asuntos oscuros o tal vez dramáticos en una canción?
-Sí, es interesante, pero en realidad Echoes ya es en muchos sentidos un disco oscuro. Y Pieces of people we love es en apariencia un disco muy entusiasta, pero las letras tienen que ver en gran medida con no estar feliz, con no pertenecer, no es de lo más optimista. Para mí este disco nuevo puede lidiar con cosas "negativas",pero al mismo tempo es un modo de ir más allá de la pérdida, de trascender eso.

-Ésta será la primera vez que el público acá vea en vivo la nueva formación del grupo. ¿Tienes recuerdos del primer concierto que dieron en 2007?
-Sí, nos encantó. El show que hicimos fue fantástico, el lugar era muy cool y el público estuvo muy bien. De verdad nos sentimos queridos, y recuerdo que había muchos jóvenes estimulados con la música.

-Ya que mencionas eso, ¿a veces se sienten tocando para otra generación, considerando que The Rapture lleva ya más de diez años, con cuatro discos grabados?
-Sí, seguro. Hacía cinco años que no grabábamos: Si alguien tenía trece años en ese momento, ahora tiene dieciocho, y si tenía diecisiete, ahora tiene veintidós. Eso es mucho tiempo. Es más que suficiente para que haya pasado una generación que se metió en la música y empezó a ir a los shows. Creo que tenemos un montón de gente joven que nunca había escuchado hablar de nosotros.

-Al final del show de ese año terminaban solos tú y Gabriel Adruzzi en el escenario.
-Yeah, acostumbrábamos a terminar con "Olio" (una de las canciones del segundo disco) en versión electrónica. Me acuerdo de que en Santiago hicimos una versión especialmente larga de eso, porque el público estaba muy activo.

-También tocas mucho cencerro, un instrumento que puede sonar muy "latino". ¿De dónde viene tu aproximación a él?
-Bueno, para nosotros el cencerro tiene una gran responsabilidad en el baile. Cuando nos metimos en la música dance, así como en el funk y en diferentes otras formas, en la música latina también, el cencerro estaba ahí. Pero al menos en Estados Unidos, en el rock no lo encontrabas. Así que quisimos más cencerro. Y cuando hicimos "House of jealous lovers", el cencerro ayuda a armar ese ritmo. Al comienzo nos decían que sonaba raro, pero esa percusión está en el funk, en la música caribeña, y en las nuevas canciones hay mucha percusión también.

-¿Es una garantía para el baile?
-¡Yeah! El cencerro es más universal que muchos instrumentos.

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