Siempre hay un efecto refrescante en apuestas que apuntan a una mixtura entre dos géneros o soportes que, en el papel, parecen agua y aceite. La electrónica y los sonidos latinos han sido prolíficos al respecto, desde el non plus ultra de Gonzalo Martínez and his thinking congas hasta iniciativas recientes a cargo de nombres como Latin Bitman, Álex Anwandter (Hijosnietos), Vicente Sanfuentes y Uwe Schmidt (Surtek Collective). Con esos antecedentes, la predisposición es positiva al enfrentarse al disco Ponte Free de Cholita Sound, el último alter ego de Caterina Purdy (Purdy Rocks), que por denominación y estética chicha anuncia con claridad una mezcla de sonidos andinos, tropicales y electrónicos.
Sin embargo, la promesa se cumple a medias, en un álbum en que rara vez es ésa la mixtura, y en que el sabor se deja sentir de forma tirante. El paseo es diverso: La apertura de "Inca niñita" es una lectura algo más pop de los sonidos altiplánicos, que se mezclan auténticamente en el segundo track, "Hermana bolivariana". Sin embargo, nuevos elementos entran y otros se diluyen a partir de ahí: "Cumbia sahumerio", la tercera entrega, es una cumbia electrónica que sacrifica en algo la opción melódica para resaltar un fraseo reiterativo. Luego, es el reggaetón el que mejor comienza a definir al disco —aunque despojado de buena parte de su sensualidad— y que por largo rato se transforma en su eje, hasta que en el final con "Indiecita" las referencias latinas son casi abandonadas, para sumirse de lleno en propuestas como el progressive.
Entonces es la oferta inicial la que empieza a pasar la cuenta, porque de la cholita y del sound no queda más que un lejano hálito. Los sonidos andinos pasaron fugaces, mientras que la calidez latina quedó congelada en las tuberías gélidas de las máquinas y en el marcado tono digital. Los ingredientes parecen ser los adecuados, pero algo no convence en la preparación de este plato, que se anuncia caliente y sabroso, pero que llega a la mesa algo frío y mezquino.
—Sebastián Cerda