Había una forma de sonar latino y consciente antes de la pachanga, de la nueva cumbia y del festival mestizo chileno prendido en los últimos años. Es la música ska, herencia jamaicana recibida en Chile ya a mediados de los años '80 y de una de cuyas oleadas forma parte Escaso Aporte, una banda iniciada en 1997 que en su tercer disco viene de paso a refrescar esa memoria.
Sumados a otras noticias recientes como la reaparición de Sandino Rockers y el regreso disquero de Sonora de Llegar en 2010, Escaso Aporte traen consigo por definición ese sonido hecho de acordes de guitarra o de órgano sincopados y de una base rítmica rápida y bailable que apura el pulso y lo define como ska. En ese sentido la banda maneja bien diversas modalidades de ese ritmo, con ejemplos como el tranco ágil de "Que no puede ser" y la aceleración declarada de "Piraña", inscrita en la combinación siempre estimulante entre ska y hardcore punk.
Escaso Aporte agregan la particularidad extra de contar con dos cantantes simultáneos entre Nico Cornejo y el percusionista Nattybwow, a quienes se suma como invitada Carolina Pekeña con una voz siempre melodiosa en tres canciones. Las opciones se multiplican además con una canción compartida junto al rapero y activista GuerrillerOkulto, un ritmo bahiano en "¿Dónde están?", hasta una cumbia en "Vida de calle" y una raíz más próxima a la vieja escuela del dub hecha entre ritmo, bajo y efectos de sonido en "Mienten", todo al servicio de letras contingentes y disconformes. El título del disco se refiere a los niños que viven en la calle, en Chile como en Latinoamérica, y el primero de todos estos versos es un llamado a que la gente se levante, que se organice, que se venga el reviente: en Escaso aporte tienen claro el diagnóstico y también la acción.
