Abencia Meza (izquierda) habría ordenado el homicidio de Alicia Delgado tras enterarse que la engañaba con un instrumentista.
El ComercioLIMA.- La justicia peruana condenó a la cantautora peruana Abencia Meza a 30 años de cárcel, tras ser declarada culpable del asesinato en 2009 de su novia, la también intérprete Alicia Delgado.
El Poder Judicial determinó que Meza ordenó el asesinato, para el que usó a su guardaespaldas, Pedro Mamanchura, también condenado hoy a 30 años. La defensa anunció que apelará.
Perú se estremeció el 29 de junio de 2009, cuando Delgado, una de las mayores exponentes de la música folclórica de la sierra, apareció acuchillada en su departamento en Lima, poco después de que anunciara públicamente el deseo de ponerle fin al idilio con Meza.
Meza, de 37 años y presa desde hace 10 meses, apareció como primera sospechosa, pues se sabía que su amante vivía un romance con su arpista, lo que según pesquisas desató una tormenta de celos.
Mamanchura, capturado poco después del asesinato, en el que se creó un cuadro para que se pensara que fue un robo, dijo desde el comienzo que recibió la orden de la "Reina de las Parraditas", aunque en algún momento del juicio se retractó.
Delgado se convirtió en una muy popular intérprete de huaynos hace más de 30 años, aunque luego abandonó la carrera para vivir en Estados Unidos con su esposo e hijo. Cuando se separó y regresó al Perú en la década de 1990, encontró su pedestal ocupado por jóvenes valores, entre las que destacaba Meza.
En lugar de cerrarle las puertas a quien quería competirle, Meza se convirtió en protectora de la ya un poco olvidada cantante y, para las presentaciones, exigía que su amiga también fuera contratada, lo que dio pie a un espectacular relanzamiento de la carrera.
Pronto trascendió en los predios faranduleros que la "Reina de las Parranditas", quien no hacía esfuerzos para ocultar su opción, estaba enamorada de su colega, al parecer hasta entonces heterosexual.
La pareja multiplicó su popularidad en los medios y sobre todo en la televisión, que sacó provecho de la relación y el carisma de ambas. Meza, con su estilo varonil, acompañaba siempre a la delicada Delgado, que jugaba a la ambigüedad y buscaba convencer que solo había amistad.
La historia comenzó a llegar a su final cuando la posteriormente asesinada denunció en televisión maltratos físicos que sufría de su celosa pareja. Hubo rupturas y reconciliaciones de las que no quedaba claro si eran ciertas o eran artificios publicitarios.
Una hermana de Delgado -que también tenía un romance clandestino con Meza- y un hermano de Mamanchura, procesados por supuesto robo y contra los que se pedía 15 años de cárcel, fueron absueltos.