Miguel Gomes durante la presentación de su nuevo film en Berlín.
AFPBERLÍN.- La carrera por el Oso de Oro comienza a entrar en la recta final, manteniendo el nivel pero sin levantar grandes pasiones. Entre las sorpresas, hoy llamó la atención de la crítica el melodrama colonial, semimudo y en blanco y negro "Tabú", del portugués Miguel Gomes.
Tras su salto internacional con "Our Beloved Month Of August" (2008), que compitió en la Quincena de los Realizadores de Cannes, Gomes presentó en la Berlinale una ambiciosa y personal coproducción (Portugal, Brasil, Francia y Alemania) que toma como excusa el estallido de la guerra colonial portuguesa para contar una historia de amor y soledad, que es también un canto al cine.
"Tabú", rodada íntegramente en blanco y negro, se divide en dos partes: una primera, enmarcada en la Lisboa actual, en la que se presenta a una anciana solitaria y perturbada llamada Aurora, cuyo último deseo antes de morir es encontrar a un enigmático hombre del que ni su criada ni su única amiga habían oído hablar.
En la segunda, la narración retrocede 50 años para hablar del "paraíso", un lugar sin precisar en una colonia africana donde la joven Aurora vivirá un affaire extramatrimonial que marcará toda su vida. Entre tanto, la población nativa se prepara para rebelarse contra la vida de excesos y la opresión de sus colonos.
"No creo que el cine necesite un homenaje ni que mi película lo sea, pero es cierto que habla del amor al cine clásico americano y al cine mudo", dijo Gomes (Lisboa, 1972) durante la presentación del film. Varios críticos quisieron ver él referencias al cine F.W. Murnau, y aunque Gomes señaló que no son deliberadas, sí reconoció que es un gran amante del influyente cineasta alemán de la década de 1920.
Los guiños al cine del primer tercio del siglo XX, que tan de moda están estos días gracias al éxito de "The Artist", se aprecian no sólo en la cuidada banda sonora, sino especialmente en una segunda parte sin diálogos, contada en primera persona por el despechado amante de Aurora, interpretado por Carloto Cotta ("Misterios de Lisboa").
"Volver a las películas mudas nos pareció extraño al principio, pero confiamos totalmente en Miguel", confesó la actriz Ana Moreira, que da vida a la protagonista en sus años africanos. "Fue una experiencia nueva para todos, y también un reto." Con ello, el director traza un paralelismo entre el pasado y lo que ha dejado de existir, bien sea el cine mudo, la sociedad colonial o la juventud.
Por otro lado, la segunda película de la jornada fue la alemana "Was bleibt" ("Home For The Weekend"), una visión intimista de una generación de treintañeros atrapados entre su condición de padres y a la vez hijos dependientes que firma el cineasta Hans-Christian Schmid ("Storm").
Esta historia familiar y de personajes se centra en Marko, hijo de una acomodada familia que regresa a casa con la esperanza de pasar un agradable fin de semana con sus padres. Pero pronto se da cuenta de que tanto a él como a su hermano les resulta imposible hablar con franqueza de sus problemas.
"Todos conocemos esa sensación de volver a casa por un par de días y enfrentarnos a que queremos explicar cómo nos va y no podemos", dijo el cineasta sobre su película más personal. Así, un muro de incomunicación se erige entre los miembros la familia. La situación estalla cuando la madre (Corina Harfouch), tratada por depresión, anuncia que ha dejado de medicarse.