Marc Anthony tomó manos, agarró peluches, flameó banderas y se llevó flores, en el rito que por segunda ocasión cumplió en Viña del Mar.
José AlvújarVIÑA DEL MAR.- Hubo de todo aquello que más gusta al Festival: Emoción a flor de piel, devoción popular, frases enormes para la galería, lluvia de trofeos, sociedades inolvidables, una banda impecable y la batuta firme en el puño de un ídolo de multitudes.
De todo eso se trató la presentación con que esta noche Marc Anthony regresó a la Quinta Vergara, verdadero campanario del fenómeno que el salsero protagoniza en Chile desde hace casi cuatro años (nada menos), y que esta noche escribió una de sus páginas más gloriosas.
Los argumentos son conocidos. No hay que olvidar que en ese lapso el diminuto cantante ha realizado en Chile más de una decena de actuaciones, entre las cuales sólo apareció un nuevo álbum, que además es de covers.
Sin embargo, los altos estándares de Anthony permiten que una nueva presentación llegue siempre con garantía de satisfacción, aunque el libreto se reconozca por el revés y el derecho no sólo en los temas, sino también en las alocuciones y los rostros del salsero.
"No sabía qué esperar. He viajado el mundo entero, y hasta el día de hoy me preguntan cuál fue ese momento. Y yo respondo: Fue en un lugar llamado Viña del Mar", dijo el artista al hablar de sus ansias por volver al certamen, con esa expresión sentida que lo caracteriza. "No hay algo igual. Punto", agregó después.
Si el público ya estaba en su bolsillo con el solo hecho de salir a escena, ya entonces lo hizo completamente suyo, y su repertorio no fue más que la banda sonora del romance. Desde la apertura con "Aguanile" hasta favoritas de la galería como "Tengo tanto miedo de perderte", "Hasta ayer", "Te conozco bien", "Hasta que te conocí" y "Valió la pena".
Todas piezas que viajan por el dramatismo de Anthony, ya sea en claves bailables o íntimas, y que su banda de 15 músicos interpreta con prolijidad a toda prueba, y manejo de la intensidad.
Con todo ello, la postal ya podía darse por completa, pero el cantante de origen puertorriqueño agregó más, con la fortuita invitación a que José Luis Perales lo acompañara en su versión de "Y cómo es él", tras los pedidos del público para "que suba".
No fue la única ocasión en que la audiencia se manifestó. Aunque la ceremonia fue coronada con el stock completo de antorchas y gaviotas, los fans del salsero no olvidaron que la noche anterior se había desenfundado el platino, por lo que exigieron ese material para el artista.
La petición no pudo cumplirse, porque el trofeo tiene un origen desigual. Sin embargo, el propio cantante acudió a su repertorio para zanjar la polémica. "Me la llevo en el corazón", dijo, como los que saben de estas cosas.