LOS ÁNGELES.- "Safe House" es la primera película en Estados Unidos del cineasta sueco-chileno Daniel Espinosa, que durante el fin de semana recaudó US$40 millones en Norteamérica, pero durante la filmación debió resistir a diversas presiones para despedir parte de su equipo debido a la crisis económica.
"Vi que la primera reacción de los estadounidenses ante los problemas es despedir a alguien", señaló a "Variety". "Yo no hago eso. Yo no despido a la gente y no permito que se vayan de mis sets", añadió.
Espinosa viene de la escuela europea, donde las producciones cinematográficas involucran menos de los US$80 millones invertidos en "Safe house", donde el elenco es encabezado por Denzel Washington.
"En Suecia si dispedimos a alguien no tenemos dinero para contratar a otra persona", dijo el director de origen chileno. "Cuando se trabaja con pequeños presupuestos hay que llevarse bien. (Por eso) Trato de crear más de una estructura familiar (en el set). Despedir a la gente genera un lugar de trabajo muy ansioso, lo que no es bueno para la creatividad", afirmó.
Al proteger a su equipo, Espinosa dijo era capaz de construir el tipo de lealtad que se observa en "Safe House", donde un agente de la CIA tiene la posibilidad de ascender debido al asesinato de un amigo, pero decide revelar la verdad sobre las filtraciones de datos, de parte de los propios agentes, que desencaderon la tragedia.
"Es agradable cuando estás rodando y el productor dice que tenemos que cerrar ahora, porque no tenemos más dinero para ese día y tu equipo dice: 'Vamos a hacerlo igual. Entonces sabes que has ganado más", agrega Espinosa.
"Safe House" estaba planificada que se grabara en Río de Janeiro, pero finalmente Ciudad del Cabo fue el escenario, porque "cuatro meses antes de que empezáramos hubo revueltas y disturbios en las favelas", dijo Espinosa. Era el otoño de 2010 y que "no sabía hasta qué punto íbamos a necesitar seguridad, así que no podía ir allí".
El cineasta y su equipo necesitaban un lugar "con la misma estructura socioeconómica de Río de Janeiro, donde las comunidades muy pobres que viven al lado de las clases medias y altas, una ciudad que puede ser un personaje de la película".
Universal le ofreció a Espinosa grabar con escenarios digitales, pero "les dije que yo necesitaba que la ciudad afectara a mis personajes, y eso no sucede si estás en un estudio".
Espinosa espera seguir grabando en Estados Unidos, pero también quiere resguardar a su equipo: "Nadie será despedido antes que yo. (...) Hago esto porque me encanta el trabajo y las personas con las que trabajo. En el peor de los casos volveré a Suecia a pasar el rato con mis amigos".