''Mujer con un sombrero'', de Henri Matisse, es una de las obras que se exponen en Nueva York.
Reuters
NUEVA YORK.- Hasta 200 obras creadas por Henri Matisse, Pablo Picasso, Juan Gris y Francis Picabia cuando eran artistas desconocidos es el legado, reunido ahora en Nueva York, de la familia Stein, una suerte de Médicis americanos del siglo XX que, gracias a su mecenazgo, cambiaron la historia del arte moderno.
La muestra "La colección de los Stein: Matisse, Picasso y la vanguardia parisina", que permanecerá abierta en el Museo de Arte Metropolitano hasta el 3 de junio, supone una "prueba de cómo esta familia extendió un nuevo gusto por el arte contemporáneo", señaló su comisaria, Rebecca Rabinow.
Los hermanos estadounidenses Gertrude, Leo y Michael Stein, y la esposa de este último, Sarah, se mudaron a París en la primera década del siglo XX, ciudad en la que descubrieron a artistas por entonces desconocidos, como Henri Matisse (1869-1954) y Pablo Picasso (1881-1973), con los que entablaron una estrecha amistad.
"Su entusiasmo por ellos y el patronazgo que les dieron cambiaron el desarrollo del arte moderno, para convertirlo en el que hoy conocemos", explicó Rabinow, que agregó que la colección también incluye trabajos de otros artistas españoles destacados como Gris (1887-1927) y Picabia (1879-1953).
El primero en llegar a la capital francesa, en 1903, fue Leo Stein, quien pretendió iniciar una colección compuesta por obras de Paul Cézanne, Edgar Degas, Édouard Manet o Auguste Renoir.
Sin embargo, comprobó que estos cuadros estaban más allá de sus medios, por lo que optó por comprar pinturas de jóvenes artistas desconocidos, como Matisse y Picasso, con las cuales cubrió en apenas tres años las paredes de su estudio de la calle Fleurus.
"A diferencia de la generación estadounidense precedente, los Stein no eran una familia particularmente acaudalada, así que Leo tenía que ahorrar para comprar los cuadros. Su hermana Gertrude le dijo que podía comprar ropa o arte, pero no las dos cosas. Eligió el arte. Todo lo dedicaba a su colección", señaló Rabinow.
Gertrude y Michael se unieron a Leo, en la primavera de 1903 y en 1904 respectivamente, y una vez en París, fueron presentados a Matisse, Picasso y otros artistas, a los que no sólo promocionaron, sino con quienes iban a montar a caballo, a tomar clases de francés o a cenar, dijo la experta.
Además, Leo y Gertrude decidieron abrir al público el estudio que compartían los sábados por la noche, convirtiéndolo en un lugar de referencia al que acudían pintores, escritores, músicos, coleccionistas o marchantes para discutir sobre las últimas novedades artísticas.
"En la casa de los Stein fue donde los artistas rusos, escandinavos y americanos vieron por primera vez el nuevo arte, lo que contribuyó a que lo extendieran por todo el mundo", puntualizó Rabinow.
La Primera Guerra Mundial fue especialmente devastadora para la colección de los esposos Michael y Sarah, quienes, a petición de Matisse, prestaron en 1914 a una galería berlinesa 19 de sus más importantes cuadros, que fueron requisados por los alemanes cuando estalló el conflicto bélico.
La única que mantuvo intacto el grueso de su colección con el correr de los años fue Gertrude, quien, sin embargo, acabó por no poder comprar los cuadros de aquellos a quienes había apoyado en sus inicios.
Cuadros como "Mujer con un sombrero", de Matisse, de los que la propia Gertrude escribió que "es difícil, ahora que todo el mundo está acostumbrado a ellos, hacerse una idea de la inquietud que provocaban cuando uno los veía por primera vez", y que, sin embargo, los Stein supieron ver y hacerlos valer para la historia.