SANTIAGO.- En los últimos siete años, cuatro premios Nobel han sido descubiertos por casas -duplex- editoriales que funcionan con más pasión que dinero: Harold Pinter (Losada), Doris Lessing (Lumen), Herta Müller (Siruela) y Tomas Tranströmer (Nórdica).
De este modo, pareciese que la cantidad de ejemplares vendidos -cifras que tienden a guiar a los grandes sellos- no sería sinónimo de calidad, sino que el criterio para el éxito estaría determinado por las ganas de ser leído que despierta el autor en sus editores. Puro corazón.
Con la siempre infalible estrategia de mercado del boca a boca, ayudada por las redes sociales, las editoriales independientes han logrado posicionar en las vitrinas a sus jóvenes y desconocidos autores, además de algunos consagrados que han optado por actualizar sus obras fuera de las transnacionales del libro que muchas veces sólo miran a sus historias como un producto comercial, descuidando el proceso de fractura emocional del escritor.
A esto se suma el escaso número de ejemplares disponibles de cada libro editado de manera autónoma, ya que el tiraje de estas casas no supera los 300 ejemplares, hecho que los torna, por sí solos, objetos de colección.
Con estas razones en el horizonte, algunas firmas independientes chilenas mostraron a Emol sus catálogos para 2012, los que incluyen textos inéditos, junto a versiones gráficas y reediciones de afamadas obras.
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Qué sabe Peter Holder de amor (Chancacazo Publicaciones) | |
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Los culpables (Lolita Editores) | |
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Un alma de acero (Cuarto Propio) | |
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Cosmogonías: mitos chilenos sobre el origen del mundo (Quilombo Ediciones) | |
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Dubrovnik (Cuarto Propio) | |
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La Araucana (Quilombo Editores) | |
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Zana y Orejón (Editorial Forja)
Recomendados Emol
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