''Tobit y Anna'', el cuadro de la polémica cuya autoría aún es cuestionada.
ArchivoAMSTERDAM ¿Se trata de un verdadero lienzo del maestro Rembrandt van Rijn o de una copia? Desde este fin de semana el museo holandés Boijmans van Beuningen de Rotterdam, ofrece al público "jugar a los detectives del arte" y participar en la polémica, hasta ahora reservada a los expertos, en torno a un cuadro cuya autoría está en duda: "Tobit y Anna", de 1659.
Las interrogantes en torno al lienzo comenzaron en octubre de 2010, cuando el experto Ernst van de Wetering, director del "Rembrandt Research Proyect" (proyecto de investigación Rembrant), que aglutina a los mejores expertos mundiales en el maestro holandés, decidió autentificar el cuadro.
Apenas un día después de que "Tobit y Anna" fuera atribuido a Rembrandt (1606-1669), Jeroen Giltaij, otro de los mayores expertos internacionales en el artista holandés y conservador del museo Boijmans, rechazó esa versión en una entrevista para el programa de la televisión pública holandesa "De Wereld Draait Door" (el mundo sigue girando).
Pero lo que comenzó como una "sana" discusión entre expertos de arte acabó en agria polémica, que incluso llevó a que ambos negasen, en páginas de artículos especializados o en entrevistas con los medios holandeses, la versión de su oponente dialéctico.
Debido a que, pasados ya casi dos años, el asunto sigue abierto y las posturas permanecen irreconciliables entre quienes dicen que sí es un Rembrandt y quienes aseguran que se trata de un lienzo de alguno de sus discípulos más aventajados, el museo Boijmans ha decidido tomar una inciativa hasta ahora inédita: someter al cuadro al escrutinio del público que visita sus salas, según informa este fin de semana el periódico "De Volkskrant".
La idea es iconoclasta, pues supone salirse del estricto y estrecho círculos de las altas esferas de los eruditos del arte y dar la palabra a la gente coriente, a los amantes del arte, quienes, en circunstancias normales, no habrían tenido la posibilidad de pronunciarse sobre el tema.
La exposición es, cuando menos, curiosa en su formato. Al entrar en una de las salas se puede contemplar el lienzo "Tobit y Anna" y a ambos lados figura la exposición argumental de Giltaij y de Van Wetering, junto con documentos elaborados por ambos en los cuales exponen sus tesis para en un caso avalar la autenticidad del lienzo y en el otro, refutarla.
Fotografías tomadas en infrarrojo, fotos con rayos X en ultravioleta, y otros documentos forman parte de la panoplia de piezas supuestamente probatorias a favor o en contra de una u otra teoría. Toca al visitante decidir cuál de las dos versiones le convence más.
Giltaij asegura al périódico holandés que "Rembrandt jamás habría pintado un cuadro de esa manera". Entre sus argumentos figuran elementos como el hecho de que "Tobit y Anna" está "pintado sobre otro cuadro anterior, la ventana de la habitación está abierta, mientras que la chimenea está encendida...", opina. Otros elementos "sospechosos", según Giltaij, son la manera cómo está pintada la rueca en la que trabaja Anna o la posición de sus manos.
Van Wetering contraataca: "Anna está retratada exactamente de la manera cómo Rembrandt pintó, en el mismo año (1659), a un mendigo en un grabado al aguafuerte. El maestro modificó el tamaño de la ventana (abierta en el lado izquierdo del lienzo) y eso es una prueba de su obsesión por el efecto de la luz en los espacios interiores (la "Kamerlicht", o luz de habitación). La ceguera de Tobit está sugerida con un trazo negro en su rostro. Eso sólo pudo haberlo hecho Rembrandt", asegura Van Wetering.
La dirección del museo asegura que no quiere pronunciarse por una u otra versión: "Puede haber diferentes puntos de vista, forma parte del oficio. La ciencia no es algo estático", asegura uno de sus portavoces en declaraciones al diario holandés.
Por si acaso, ante la duda sobre la autenticidad, el museo ha decidido curarse en salud y ha contratado un seguro para "Tobit y Anna" por un valor de 8 millones de euros (cerca de 9 millones de dólares).