BEIJING.- Un joven artista chino decidió vivir sobre una pesa mientras guarda ayuno durante el mayor tiempo posible, con el fin de estudiar los cambios de su cuerpo y su mente durante este tiempo, según cuenta el propio creador.
Wang Jun, de 29 años, lleva nueve días sobre una báscula de dos metros de ancho y otros tantos de largo -usada, según cuenta, para pesar elefantes en el sur del país-, un tiempo en el que ha pasado de 67 a 63,5 kilos, como muestra la pantalla digital del aparato.
"No me interesa especialmente adelgazar, sino ver los cambios que sufre mi pensamiento durante el proceso", contó el artista, explicando que en obras anteriores se ocupó de problemas sociales pero en esta ocasión ha decidido centrarse más en los personales.
"Si pueden resolverse los pequeños problemas de uno, también se podrán solucionar los más grandes del país", razona sobre la plataforma, mientras los números de la pesa oscilan cuando da un paso o si se levanta.
Wang, a quien la idea le surgió mientras tomaba el sol en el sofá al darse cuenta de que "la vida era demasiado tranquila y cómoda", apenas come unas hojas de lechuga al día y duerme con una manta sobre la balanza.
Además, no va al baño, por lo que recoge su orina en botellas de plástico que acumula en un rincón de la habitación de hotel donde lleva a cabo esta batalla contra el hambre.
"La comida es sólo un deseo, necesaria para la mente pero no tanto por el cuerpo. Es interesante este proceso de quitarse los deseos personales, y los problemas de la sociedad también se pueden solucionar así", reflexionó Wang, contando también que su báscula quiere simbolizar al tiempo una cárcel.
Wang ya ha protagonizado en el pasado otras llamativas "performances" artísticas, como cuando confeccionó una camisa cuyo "tejido" eran billetes de 100 yuanes, simbolizando la avaricia de la sociedad, y la policía intentó obligarle a quitarse esta ropa.
En otra ocasión, se enterró en nieve para solidarizarse con los chinos que padecieron la fuerte ola de frío que paralizó al país en el invierno de 2008, y una vez se colgó del cuerpo 100 piedras (30 kilos en total) en plena calle, otra actividad artística que puso nerviosa a la policía, por lo que intentaron detener su actuación.
Esta vez, para que las autoridades no se alarmen ni confundan su acción con una huelga de hambre, Wang ha elegido la intimidad de una habitación de hotel, en el nordeste de Beijing, muy cerca del famoso distrito de artistas 798 y acompañado por un par de amigos.
Wang, cuyas obras ya se han mostrado en Reino Unido y Estados Unidos, expondrá en el futuro fotografías y vídeos de este proceso de ayuno, tomadas día a día para analizar los cambios de su cuerpo.