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Altiplano, cumbia y perreo místico

El nuevo alter ego de la artista visual chilena Caterina Purdy es Cholita Sound, identidad bajo la cual lanza esta semana su nuevo disco, Ponte free. "Sintetizadores súper agudos y juguetones", describe ella: "Ahí está mi reinterpretación de lo andino".

28 de Marzo de 2012 | 08:17 |

Son varios alter egos los que convoca Caterina Purdy cuando se trata de subir a un escenario. Uno de ellos está inscrito en la portada de su nuevo disco y es Cholita Sound, pero también están Indiecita y Chulita, por nombrar sólo los más recientes. Es parte de la identidad múltiple que esta artista visual pone a sonar tanto en vivo como en ese reciente disco, donde plasmó una aproximación personal a estímulos como el folclor del altiplano, el reggaetón y la cumbia.

Ponte free se llama el disco, editado en los últimos días de 2011 por el sello Hueso Records que mantiene el artista chileno Iván Navarro en Nueva York, junto a la productora Y Productions. Y marca una diferencia con lo último que Caterina Purdy había grabado, cuando tanto su alias como su música eran muy distintos: entonces ella era Purdy Rocks y debutaba en la música con su disco Rock my ass (2003), luego de haberse iniciado como artista visual con su llamativa serie de esculturas sobre animales disecados.

Nacida en Chile y embarcada a los dos años con su familia en un recorrido por Filipinas, España y Brasil antes de su regreso a mediados de los '80 a nuestro país, hoy Cholita Sound suma nuevas conexiones. Son el influjo del altiplano, la cumbia, el perreo y las bases electrónicas en canciones que se llaman "Inca niñita", "Hermana bolivariana", "Cumbia sahumerio", "Ghetto kumbia", "Perreo místico", "Enchúlame el track", "Radio cuma" y el video psicodélico-andino-amazónico del realizador Carlos Palma para "Choque Chinchay, el jaguar", que van a sonar esta semana (ver recuadro) en el estreno en vivo de Ponte free.

-El show parte andino, con Cholita y dos bailarines-ekekos -explica-. Obviamente son reversiones de ekekos, ekekos contemporáneos: tienen anteojos oscuros, mochilas, y son bailarines. Después pasa de andino a cumbia con "Cumbia sahumerio", que es una especie de ritual pagano. O no es que sea: es lo que yo proyecto, mi fantasía es que estamos haciendo un ritual pagano. También uso una mochila extra large (en la canción "Mi mochila"): es la mochila del artista latino, el karma de ser artista latino.

-¿Que acarrea muchas cosas?
-Que es pesado. Es duro, y difícil.  Siempre he trabajado lo visual junto con la música. Este objeto es utilería, lo he mostrado también en galerías (de arte) y hay en el show una intención de dar a la utilería el valor de un objeto de arte, y vice-versa; un juego con la desacralización de los objetos de arte. En "Mi mochila" también haré una cita a una canción de Sol y Lluvia, un extracto.

-¿Transformada?
-No tanto, ya he hecho la prueba y alguna gente la reconoce y canta.

-¿Por qué? ¿Qué importancia tiene para ti Sol y Lluvia?
-Para mí fueron súper importantes, porque cuando llegué a Chile, cuando tenía como quince años, todavía era dictadura y de repente podia ir a conciertos de Sol y Lluvia, de Inti-Illimani, de Illapu, y eso lo era todo. Para mí era lo único real que había, puesto que llegué a un medio de fantasía, un colegio pseudo british, algo fascista.

En paralelo, Indiecita representa lo que Purdy llama "la parte más roots (de raíces) del show". "Me carga sonar cliché, pero Indiecita es eso: el reconocimiento del contacto con la tierra, de las culturas originarias", explica, aunque ésa es también una muestra de las transmutaciones de Caterina Purdy:

-Temporalmente  he dejado un poco atras a Indiecita y ahora me he puesto más liviana, más popular, más… chabacana, un poco –sugiere. Y ése es el terreno de Chulita, un personaje que apareció por cuenta propia en el EP de cuatro canciones descargables Chulita vol. 1 (2011) y para el que ya hay dos próximos videoclips, uno de los cuales será exhibido también en el lanzamiento de esta semana.

-Entre todos estos alter egos ni siquiera mencionaste a Purdy Rocks. ¿Ya no califica?
-No lo tengo tan claro. Me encantaría hacer de nuevo el show completo, el Mongatour, pero volver a hacer musica bajo Purdy Rocks depende de por dónde vaya la música que estoy haciendo ahora, aún está un poco indefinida.
 
Lo que hay de gótico en la cumbia


Purdy Rocks se mantuvo en movimiento hasta 2006, cuando Caterina Purdy tuvo a su primer hijo y se tomó tres años sin hacer música para dedicarse a ser madre a tiempo completo. Cholita Sound apareció hacia 2009, primero en sets de DJ con letras de cumbias o reggaetones.

-Era todo lo contrario a Purdy Rocks, donde se trataba de cantar las canciones de modo más formal y ensayado -recuerda-. Ahora era más freestyle y además la oportunidad de hacer algo de plata como DJ y MC; cantaba harto sobre la música, letras de canciones, de la la radio, reggaetón y cumbia clásica. Era una necesidad de cantar, de soltarme, de bailar.

-¿Y de dónde salen esas influencias, la cumbia, el reggaetón, lo andino?
-Desde antes de eso siempre estuvo presente lo gótico, cuando vivía en Brasil y cuando llegué acá: escuchaba mucha música gótica y oscura, y creo que estos sonidos también vienen de ahí.

-¿Gótica como Siouxsie, como The Mission?
-También, pero más Sisters of Mercy, que son anteriores a The Mission, y Bauhaus. Llegué acá y estaba súper sola, no tenía muchos amigos, entonces escuchaba mucho eso. Estaba súper aislada. Ahora no lo escucho, pongo The Cure y hasta me da lata, pero ésos son mis padres musicales. Y de alguna manera hice un nexo quizás con lo andino: cuando llegué lo andino era mi nexo con la música de Chile. Harto Illapu, la verdad, y también Inti-Illimani. Y ahora me doy cuenta de que estoy mezclando lo gótico con lo andino por el tema de los agudos.

-¿En la voz?
-No, hay tarkas y quenas, y aunque realmente también sea mi ficción, para mí lo andino en este disco también está dado por mis sintetizadores, que son súper agudos y juguetones. Ahí está mi reinterpretación de lo andino.

-¿Y cómo llegaste a la cumbia?
-Ah, yo antes odiaba la cumbia, pero hace como unos diez años fui a Ecuador y viajaba mucho en buses, en los que ponían cumbia a todo chancho y todo el rato, para que el chofer no se quedara dormido. Y viajando me di cuenta de que me gustaba. Después me llegó la música de Los Mirlos del Perú, pero hace mucho rato, yo no sabía que había una movida de cumbia digital como la del sello Zizek en Argentina.

-Es lo mismo que se hizo famoso después en el compilado "The roots of chicha". ¿Descubriste a Los Mirlos antes o después de escuchar ese disco?
-Antes. Yo llegué a ese disco por Los Mirlos.

-La cumbia la escuchaste arriba de la micro
.
-Sí. Ese compilado lo he escuchado muy poco, aunque ahí conocí a Juaneco y su Combo.

-¿Con el reggaetón tenías ese prejuicio también?
-El prejuicio nunca lo tuve con el reggaetón. Quizás me pude haber hecho la que lo tuve, pero siempre me encantó. Para mí el reggaetón es el dembow (ritmo bailable dominicano), o sea la música de África, y para bailar es lo mejor. En el reggaetón puede haber hasta elementos de house, de trance, sintetizadores exquisitos, muchas melodías medio lloradas y también un poco cochinas, me gusta esa mezcla. Se pueden hacer muchas cosas. De hecho me encanta el dance hall, y entre eso y el reggaetón hay harto en común.

-El General, por ejemplo, ¿te gustaba? ¿O Lorna?
-Sí, esos son los comienzos. De hecho la primera vez que escuché "Papi chulo" (el mayor hit de Lorna) fue en Ecuador.
 
Para transformarse en una chamana


-¿Por qué preferiste "Choque Chinchay, el jaguar" para hacer un videoclip?
-Por el imaginario de la canción, y porque tiene elementos de vientos, es una cumbia alegre y se trata de una chola de ciudad que va a la selva a tener una iniciación con ayahuasca, para transformarse en una chamana. El jaguar es el chamán y le entrega a través de canciones el marirí, que es el poder de la curación, para que ella pueda ser curandera. Quizás no se nota mucho porque el video está hecho en equipo y los Costume Design (diseñadores con los que trabajó en el clip) me pusieron tacos (se ríe). Mi Cholita es más de zapatos o de andar a pata pelada, pero en equipo las cosas van cambiando y ahora encuentro bien que esté de tacos.

-¿Es tener menos control?
-Sí. Creo que en Purdy Rocks hice tan pocos videos porque quería controlar todo, desde el más mínimo detalle en las visuales hasta la tipografía. Ahora es más suelto. Cholita es una plataforma que me da más posibilidades de juego y de trabajar con gente en libertad creativa. El show al final se pone más reguetonero, por ejemplo.

-De hecho una de las canciones es "Perreo místico". ¿Son dos ideas contrapuestas para ti?
-Sí, pero me gusta integrarlas. En el reggaetón también puede haber notas que te lleven a estados más lisérgicos.

-Y "Enchúlame el track" es un título reguetonero también, bien "blin blin".
-"Enchúlame el track" es de una época donde se hablaba mucho de enchular los autos, y también se trata de pedir a algún productor que me ayudara a terminar el track -recuerda, y en los créditos de Ponte free figuran los muchos músicos que llegaron a trabajar en el disco: en la mezcla de las canciones colaboraron los productores Fernando Lira, de Sonora Point; Román, del sello Madhaus; Daniel Jeffs, del sello Pueblo Nuevo, y Alejandro Paz; mientras las quenas de "Inca niñita" fueron grabadas por Pastor Palacios y en la percusión se hicieron presentes Vicente Vásquez, Federico Randall y los hermanos Benjamín y Nicolás Botinelli, este último de Los Pata 'E Cumbia.

-¿De dónde salen las canciones "Ghetto cumbia" y "Radio Cuma"?
-"Radio Cuma" es un poco una declaración de principios. Cuando me metía al auto y manejaba tenía que escuchar reggaetón y eso era como el subidón del día. Si hago cumbia o reggaetón o inventé a Cholita es un poco para escapar del tedio, porque en la vida en Santiago hay como una deprivación sensorial, aunque vivo acá, es mi karma, no he logrado salir de la ciudad. En la naturaleza es donde vivo mi espiritualidad, que declaro panteísta.

-¿Y "Radio cuma" es como un escape a eso?
-Dice "Pa' aguantar la vida dura / tengo que perder compostura / creo que he encontrado la cura / sintonizo una radio chula". Acabo de grabar el videoclip de "Radio cuma".

-¿Y cómo va a ser?
-Va a ser bien cuma. Súper cuma y swag ("cool"). Está todo grabado en mi casa, salvo unas tomas en un auto enchulado, y en mi casa hay una selva, hay humo y yo estoy perreando dentro del humo y me transformo en una bailarina negra. En la "Radio cuma" soy como una dueña de casa que tiene su volada a través del reggaetón. Hay otra parte que va dedicada a los haters que dice "si quieres venerarme a mí como una diosa / tratar de enterrarme con tu lengua filosa / te demoraste mucho, ya estoy en otra cosa".

-Una lectura literal sería la de que te estás riendo de ser "cuma". Obvio que no es así, ¿no?
-No: me nutre, me nutre. Voy mucho a La Vega, a Estación Central, me gusta la moda de la calle, y me inspira la cultura popular.

-¿Y se entiende como quieres? ¿Otra impresión, al menos en un país clasista para todos lados como Chile, es que estás usando lo "cuma", que es una parodia?
-Sí, eso pasa y estoy segura de que va a pasar siempre. Hay gente que lo valora, que se ríe, que se inspira o que hace comentarios como "qué se cree esta ¿cuál es la palabra?… hipster", o que se siente ofendida porque trabajo con culturas ancestrales que tienen profundos conocimientos sobre la Tierra y el cosmos. Pero de verdad tengo una relación fuerte con la tierra, con las plantas medicinales, y ahí vamos a la canción "Ghetto cumbia".

En "Ghetto cumbia" Cholita Sound canta "Me gustaría ser india / vivir de acuerdo a la naturaleza / pero mi verdad soy de la ciudad / en mi alma llevo a mi india". "Es una humilde y quizás un poco extraña manera de aprender ", dice. "Mis alter egos son excusas para vivir otras cosas, y aprender, porque me aburro de ser yo. Necesito encarnar de alguna manera, aunque sea ficticia, personajes que me dan más apertura. Porque ser Caterina Purdy no es tan estimulante", sonríe.

-Hacer un disco donde te llamas Cholita ¿puede funcionar como una declaración frente al hecho de ser peruano en Chile, por ejemplo? ¿Podría ser político el disco en ese sentido?
-Obviamente hay no sólo un gran respeto sino una mirada a la cultura, a la imaginería y a la historia de Perú, que son vastas y que son una inspiración gigante para mí. Me encantaría ser una chola, de alguna manera. Pero suena un poco ingenuo o panfletario hablar así, es delicado aborda ese tema. De todas maneras hay un elemento político, pero no es tan explícito. En la canción "Hermana bolivariana" hay algo de eso, pero el sentido de ese nombre también está entre verdad y un poco de cliché. Yo trabajo eso en general. Es que si no hubiera humor, ironía o absurdo, sería un poco extraña esta mezcla de Indiecita y Chulita.

-Un efecto de Cholita Sound es que puedes explorar en ser cholita, en ser cuma o en otras opciones, ¿pero el resultado va a ser siempre una mezcla nueva? ¿Es como cuando el vestuarista le pone taco alto a la cholita?
-Sí, toda la razón. Porque trato de hacer cumbia, trato de hacer reggaetón, pero no sé si es reggaetón o cumbia, quizás lo que sale finalmente es otra cosa, quizas un poco excéntrica. Yo no soy músico, no se leer música. Que el resultado final deje una sensación entre latina y andina para mí es entre chance y suerte.

-¿Te pasa lo mismo con tu trabajo como artista, tampoco te consideras como tal?
-Sí, sí me considero artista. Ahora que lo pienso, siempre pongo "artista visual y músico", pero nunca tuve ningún estudio musical. Toco las melodías que están en mi cabeza.

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