Emol TV: "The wicker man", en vivo en Chile
A un fan chileno de Iron Maiden nunca le faltarán razones para acceder al material más reciente de la popular banda británica, pero en esta ocasión el gancho no es menos que irresistible: Como ya es de conocimiento general, En Vivo! es el registro del primer concierto que los hombres de "The number of the beast" ofrecieron en nuestro Estadio Nacional, una plaza añorada por sus seguidores, y a la que consiguieron llegar el domingo 10 de abril de 2011.
Para qué estamos con cosas: Hay cierto orgullo chovinista que no deja de hacerse presente al enfrentarse a esta producción, con los colores patrios en su carátula y esa leyenda que recuerda el lugar en que fue grabada, en una dinámica que se refrenda al ver las imágenes, llenas de postales reconocibles del coliseo ñuñoíno. Pero, afortunadamente, el valor de En Vivo! para un fan promedio no se queda en eso, sino en un producto de alto estándar, orientado al público global y centrado en la presentación que ofreció entonces el sexteto.
Hay dinámica y adrenalina en las tomas, que alternan todos los planos posibles sobre los músicos con repasos rápidos por el público, siempre buscando absorber la mayor cantidad de energía posible. Así, las mareas humanas saltando y las caras de furia en la primera fila —decenas de asistentes podrán identificarse— se mezclan con tomas generales del escenario y otras más cerradas sobre los músicos, incluyendo el detalle de los prodigiosos punteos de Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers. Las pantallas divididas, en tanto, son sin dudas el principal sello del montaje.
En ese curso es que se sucede aquella jornada marcada por los clásicos y por los temas del disco The final frontier, impresos con la ejecución sin ripios habitual en Iron Maiden, pero que la posproducción de las grabaciones oficiales siempre termina por transformar en impecable.
El privilegio de la primera mitad por sobre las tomas al estadio completo permite pasar por alto los vacíos que ese 10 de abril hubo sobre todo en galería —y que sí se ven en un cortísimo paneo del documental adjunto—, para mostrar a un público enfervorizado y compacto. Sin embargo, pese a esa adrenalina, de todos modos se extraña algo más de material que retrate la especial relación que los británicos tienen con Chile, tal como hizo AC/DC con el registro de su último paso por Argentina.
Pero en eso puede que no sólo tengan que ver las determinaciones de la dirección, sino también el momento escogido. Porque esa ansiada jornada en el Nacional llegó para el tercer intento en cuatro años, cuando la devoción comenzó a racionalizarse y la ansiedad ya estaba calmada. Tal vez mayores grados de entrañable locura se habrían logrado en 2008 en la Pista Atlética, o en 2009 en el Club Hípico. Pero qué va, ya fue. En cualquier caso, algo de eso siempre queda cuando la ecuación incluye a Chile y a Iron Maiden, lo que mezclado con la localía deriva en que el DVD, esta vez, sea algo que simplemente no puede faltar en la estantería de un fanático que se precie de tal.
—Sebastián Cerda