SANTIAGO.- Cuando se les pregunta por Chile no es difícil que emerjan respuestas con cierto halo de lugar común. Que se sienten como en casa, que éste no es cualquier país para ellos, que admiran a Violeta, Nicanor y Víctor, o que gustan de un buen caldillo de congrio.
Pero a medida que la conversación avanza, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat se relajan, y muestran que su conocimiento del ámbito local también es algo más contemporáneo. "Estoy muy enamorado de Camila Vallejo", dice el hombre de "Y nos dieron las diez" cuando le preguntan por las demandas educacionales.
El catalán, en tanto, se luce como fanático del fútbol y del Barcelona: "Alexis Sánchez es un muchacho que ha crecido mucho desde su llegada, ha ido a más. La lesión que tuvo a principio de la temporada frenó un poco su arranque, que fue muy bueno, y luego le exigió una gran progresión. Se ha sabido adaptar bien al equipo y a la nueva posición de nueve en que lo puso el entrenador".
Así, con ganas de hablar de todo, llegó la dupla de españoles al país, para
ofrecer este fin de semana dos conciertos en la Arena Movistar, ahora bajo el rótulo "Dos pájaron contraatacan" y amparados en su reciente disco conjunto, La orquesta del Titanic.
Serán cerca de tres horas de presentación en shows agendados para este viernes y sábado, lo que requirió de un trabajo de relojería para amalgamar en una lista de canciones. "Teniendo repertorios tan amplios, es doloroso decir cuáles no tocamos. Así es que hemos estado con la tijera con mucho cuidado, viendo las que para nosotros eran imprescindibles, más unas siete u ocho nuevas que queríamos estrenar", cuenta Sabina en conferencia de prensa.
Esas canciones juntos requirieron una vez más de un trabajo totalmente distinto para cada uno. "Basamos el disco en una premisa, que era que lo que a cualquiera de nosotros no le gustara, lo comunicaba y el otro lo retiraba", recuerda Serrat. "A mí me emocionaba mucho serratizarme, y me daba mucho morbo sabinizarlo un poquito. El primer día que lo oí cantar un blues, fue muy emocionante", agrega Sabina.
Pero ese perfil analítico es de ida y vuelta, porque entre estos dos amigos el tono irónico y las bromas (incluso algunas algo duras) puede tomarse la conversación en cualquier momento. Así, Sabina proyecta que "la única cosa buena que puedo imaginar de volver a tocar solo, es que no tengo que darle la mitad de la recaudación". Y Serrat le reponde: "Lo echaré mucho de menos, pero me consolaré con otros".
Como siempre con ambos, en su convesación con los medios locales también hubo espacio para el análisis de actualidad. Sobre la nacionalización de empresas españolas en Argentina y Bolivia, el catalán aclaró que "son los problemas de un gobierno determinado que adopta la decisión de nacionalizar parte de una compañía multinacional. Yo no soy Repsol, no me siento agredido".
"Además llevamos muchos años defendiendo la empresa pública, así es que no nos vamos a quejar ahora", agrega su compañero, quien al hablar de la situación actual de España dice simplemente "como el culo. Eso tiene que ver un poco con el sentido global del disco del Titanic, un barco que se hunde, y nosotros decidimos seguir el maravilloso ejemplo de sus músicos, de seguir tocando, que es lo único que podemos hacer para llevar un poco de alegría al corazón de la gente".
