Aunque en los 80 llegara a anotar incluso algunos duetos con un jovencísimo Luis Miguel, los últimos años han marcado claramente el devenir artístico de Andrea Tessa. La cantante decidió enfocar sus actuales esfuerzos sobre todo en el jazz, llegando a transformarse en una voz reconocida en el circuito local del género.
Por eso es que al ver su nuevo álbum con el título Jazzy!, de inmediato se infiere qué caminos recorre. Pero no. No hay jazz en Jazzy!, sino swing. Y no, tampoco hay emblemáticas piezas de ese género, sino temas tan populares como "Holding back the years" (Simply Red), "You can leave your hat on" (Joe Cocker), e incluso "Sentencia", de Alberto Plaza.
"El nombre es un poco un truco, porque si tú buscas en el diccionario, 'jazzy' quiere decir 'chispeante' o 'divertido'. Tomamos música popular e hicimos versiones que no son jazz, pero sí swing, bossa nova. Versiones divertidas. Yo estoy pasándolo increíble. La foto del disco, todo está en ese concepto. Es algo chispeante, fresco, eso quería transmitir", cuenta.
La efectividad de esta nueva propuesta ya la pudo probar en Antofagasta, donde el fin de semana pasado realizó la primera presentación del disco recién lanzado por Oveja Negra. "El público aplaudió de pie y se fue muy contento. Yo quedé muy feliz, porque actuar con la Sinfónica de Antofagasta fue un lujo, un gusto enorme. El teatro estaba lleno, hubo una respuesta buenísima", recuerda.
En Santiago, en tanto, el lanzamiento oficial será este jueves 17 en el Teatro Nescafé de las Artes (21:00 horas, $10.000 a $35.000 por Ticketek), donde la acompañarán cerca de 50 músicos de la Orquesta de la Universidad de Santiago, al mando del brasileño Marinho Boffa, el mismo que definió el concepto de Jazzy! junto al chileno Alejandro Espinoza.
Con ellos desarrolló esto que, enfatiza, es una "propuesta", basada en los trabajos que en esta línea ha editado recientemente Paul Anka. "Hay gente que me ha asociado a (Michael) Bublé, y yo siempre corrijo. Lo que a mí me inspiró fue el trabajo de Paul Anka, no tengo ningún empacho en decirlo. Cuando lo escuché dije 'me encantaría hacer algo así' ", confiesa.
-En tus presentaciones además te preocupas de la imagen, luces vestidos de Luciano Bráncoli. ¿Es una forma de volver al glamour del swing y las big bands?
-Absolutamente. Yo siento que el escenario es el lugar para soñar, para crear conceptos, mostrar conceptos. Yo cierro los ojos al escuchar el disco y me imagino grandes salones, grandes teatros, y siento que tiene que estar acompañado por una cosa que visualmente sea acorde a lo que estamos haciendo.
-Después de estas presentaciones imagino que no será fácil ir con 50 musicos de un lugar a otro. ¿Desarrollarás también un formato más reducido?
-Tal vez en adelante podamos tener una big band, pero una orquesta como la de ahora es un lujo que me estoy dando, y lo estoy disfrutando como nadie.
-¿O sea que lo del Nescafé es una oportunidad única para quienes te vean?
-Y para mí también, yo lo estoy disfrutando como algo que no podré repetir muchas veces en mi vida. Si se da, fantástico. Pero creo que lo que se verá en el teatro será casi irrepetible. Salvo que aparezca un mecenas, una minera, alguien que quiera llevarlo a todo Chile (risas).
-No está de más pasar el dato...
-¡Claro, obvio que sí!