''La chica mecánica'' se encuentra en librerías por un valor promedio de $16.000.
PlazaSANTIAGO.- Es el siglo XXII y el mundo vive en un permanente estado de colapso. Los gobiernos han perdido su poder frente al avance de las grandes corporaciones biotecnológicas. La población sucumbe ante la hambruna, la aparición de plagas y otras consecuencias de un cambio climático ya irreversible. El petróleo, el gas y el carbón prácticamente se han agotado, obligando a la humanidad a redescubrir la tracción animal.
Sin embargo, este panorama desolador coexiste con un desenfrenado avance de la ingeniería genética, aplicada a la creación de nuevos alimentos resistentes a las epidemias —muchas de ellas artificiales—, así como a animales e incluso humanos.
En este contexto distópico, Tailandia es un reino prohibido para los extranjeros, como una manera de proteger sus recursos naturales. Pero allí trabaja Anderson Lake, el representante de la corporación AgriGen —uno de los pocos occidentales que tiene autorización para vivir en el país—, quien constantemente busca nuevas muestras de frutas y verduras para su compañía. Pero ésa es sólo la apariencia, porque su verdadero objetivo es encontrar el banco de semillas no modificadas de plantas extintas hace décadas, y que Tailandia conserva en un lugar secreto. Un tesoro invaluable para la humanidad, pero mucho más para la multinacional biotecnológica para la cual él trabaja.
Éste es el mundo de "La chica mecánica" (Plaza & Janés, $16.000), del escritor Paolo Bacigalupi, una novela que tras ser publicada en una pequeña editorial estadounidense, captó rápidamente la atención del público y la crítica. En 2010 recibió los premios Hugo, Nebula, Locus y John W. Campbell Memorial, los más importantes del género. Y la revista "Time" eligió este libro como uno de los diez mejores editados en 2009.
"La chica mecánica" es una historia coral, en la que la misión de Anderson Lake se cruza con Emiko, el más reciente éxito de la ingeniería genética: un neoser, una raza artificial que existe para servir como mano de obra, soldado o —como es el caso de Emiko— juguete sexual. Fabricada en Japón, ha sido abandonada en Tailandia, donde sufre a diario el rechazo y la humillación.
Pero también están Jaidee y Kanya, una particular dupla de empleados del Ministerio de Medio Ambiente, a medio camino entre la lealtad a su país y la conveniencia personal. Y el anciano Hock Seng, un chino malayo que vive como refugiado en Tailandia trabajando para Lake, aunque tiene una agenda propia.
A lo largo de sus 544 páginas, Bacigalupi construye un thriller futurista escrito para público general. Una novela en la que se puede encontrar la influencia directa de escritores como William Gibson y Neal Stephenson. E incluso del clásico cinematográfico "Blade Runner", basado en la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", de Philip K. Dick.
Desde la publicación de "La chica mecánica", en 2009, Paolo Bacigalupi no ha perdido el tiempo. En 2010 publicó la novela juvenil "Ship Breaker" y hace algunas semanas llegó a librerías en Estados Unidos "The Drowned Cities", que al igual que su predecesora se ambienta en un futuro distópico/postapocalíptico.