Hay un concepto que cada tanto Mario Guerrero vuelve a citar mientras habla, hasta terminar por transformarlo en auténtica idea fuerza: "No ir contra mi esencia". Puede estar en un tema u otro, pero pronto lo retoma y vuelve a ponerlo arriba de la mesa. Sin embargo, aunque pueda sonar a lugar común, la frase no es gratuita, sino que refleja las inquietudes que el cantante quiso plasmar a la hora de dar vida a su recién publicado quinto álbum.
El resumen es simple: "En este disco quise no mentirme y no mentirle al público. Yo soy un romántico, lo que sale de mí son canciones de amor y desamor". Por lo mismo, aquí no hay experimentos ni desvíos. Romanticismo puro y duro es lo que se podrá encontrar en Del amor, el más reciente trabajo del hombre salido de "Rojo" y que el próximo sábado 30 de junio presentará en vivo en el Teatro Oriente de la capital.
Ello no sólo viene de la mano de su convicción por la música romántica, sino también de un proceso en el que se dio todo el tiempo del mundo para producir el disco y que incluyó un viaje a México para trabajar con ilustres como Fato, compositor que ha colaborado con buena parte de las más tradicionales figuras románticas del continente. "Conocerlo fue una bendición. Me vine con mucha música", cuenta.
El sello se nota al escuchar un trabajo que, aunque cuenta con piezas de matriz pop, no rehúye de la tradición popular romántica. "Cuando trabajamos con Felipe (Flandez, productor) no quisimos atentar contra la esencia de cada canción. 'Es imposible' la escribí en Guanajuato y tiene todo eso. En el estudio empezamos la búsqueda y sentíamos que nos pedía una trompeta. Y no tuvimos miedo. El disco es bien transversal. Hay un tema que se llama 'He vuelto a respirar' y es una guitarra con violín. Tuve la fortuna de trabajar con músicos que leyeron bien cada canción".
-Eres un intérprete muy destacado, todos conocen tu calidad vocal, pero no te conocen tanto como compositor. ¿Qué evolución sientes que has tenido en ese ámbito?
-Mis primeros discos los hice al alero de "Rojo", con un productor musical que te dice lo que hay que hacer. Pero yo compongo hace mucho tiempo. Y en los últimos dos discos siento que hay un crecimiento importante. Me he atrevido a sacar a la luz mi sangre, un pedazo de mí. Esto no es algo nuevo, no es un capricho, lo hago hace mucho tiempo, y si sintiera que de ese modo no estoy llegando al público, también tendría que ser muy honesto para reconocerlo. Pero en las presentaciones he podido sentir que lo que escribo está llegando, y quiero trabajar duro para llegar a quienes ahora no escuchan mi música.
-Y en el plano musical, ¿dónde dirías que pusiste el énfasis?
-Es importante no cerrarse en la música. Escucho mucha música, muy variada, discos actuales. Siento que este disco tiene mucho de eso. Ahora escucho "Comencé a vivir" y siento que le faltó un banjo. Pero me gusta lo que se produjo, lo que está, lo que suena. Hay canciones muy de banda y otras de intimidad. Yo creo que un álbum debe ser un concierto, con distintos matices, no puede ser algo parejo. Siento que eso se logró al escuchar el disco, que a veces lo escucho tres o cuatro veces, porque tengo que evaluarme constantemente.
-¿Tanto escuchas tu propio trabajo? No todos los artistas hacen eso...
-Una periodista se reía porque lo tengo en el auto, pero tiene que ser así, tengo que evaluarme.
-Dices que este disco es como un concierto. Imagino, entonces, que tu show del 30 ya está definido: Será principalmente este álbum...
-Gran parte, pero no puedo dejar fuera las canciones que la gente conoce, como "Te amaré", que la grabé de nuevo para este disco, o "Me gusta". Es un show con las canciones que son parte de mi pequeña historia.
-En los últimos años los cantantes que quisieron emerger desde la televisión se cuentan por decenas. ¿Por qué crees que tú, finalmente, eres el único que ha logrado una carrera más consistente?
-Es difícil saberlo, porque no hay una fórmula. Me siento afortunado de poder seguir haciendo música, pero creo que va por no hacer nada que no me haga feliz. Hago música a pesar de que a veces haya turbulencia y tenga que aprender a volar sobre ella. A veces la gente tiende a confundir la televisión con el éxito, y yo me siento afortunado de haber estado en la televisión, pero antes ése era el último paso. Fue un desafío enorme, me lo propuse de muy niño. No podría dar una fórmula, porque no la sé, sólo he querido hacer música, y no hacer nada que vaya en contra de eso.
-Quizá otros, entonces, no han sabido volar en momentos de turbulencia...
-Tienes razón. Todos saben que la industria cambió, pero no puedes quedarte llorando porque nadie viene a financiarte un disco. No, hay que hacerlo igual, la industria cambió y uno también tiene que cambiar. De eso me di cuenta hace tres discos, y es parte de, me siento feliz. O te quedas parado, o te sigues moviendo, sigues pedaleando.
-¿Qué pasos sientes que vienen para ti? ¿Te ves triunfando afuera?
-Los planes siempre son pensando en casa. Me encantaría tener una carrera en México, pero debo dar los pasos en mi país, que este disco suene, y luego hacer un trabajo en el cono sur. Estamos todos trabajando con la misma energía. Los pasos son: Primero por casa, luego Perú, Bolivia, Ecuador, el sur de Argentina y me encantaría Colombia.