''El reality no busca educar ni enseñarle a hablar a la gente'', dijo Nakasone sobre las críticas que siempre surgen hacia el género, y que ''Mundos Opuestos'' también sufrió.
Cristian Soto Quiroz
SANTIAGO.- "Mundos Opuestos" se consagró como uno de los realities más exitosos de la televisión chilena, no sólo por el
peak de 44 puntos de rating que alcanzó en su
emisión final, sino también por la ola de comentarios y las altas audiencias que logró en sus seis meses al aire.
Como gran responsable de este suceso, hay un nombre que resalta por sobre los demás: Sergio Nakasone, el director y cerebro del reality, y quien lleva más de diez programas de este tipo en el cuerpo.
Según el argentino, "la primera clave para el éxito es un buen casting, algo que aquí ocurrió. También está el excelente grupo humano y técnico que ayuda a que todo funcione, además de la pasión que ponen los participantes y la que pone el equipo".
Nakasone sabe que este tipo de programas suele ser blanco de críticas por su escaso aporte cultural, pero no se complica: Tiene claro que ése tampoco es el objetivo buscado. "El reality es un género criticado en todo el mundo, y está bien que lo critiquen, estamos en una sociedad libre. El reality es un programa de entretención, no de enseñanza, y eso es lo que busca, no educar ni enseñarle a hablar a la gente", expresó.
Uno de los tópicos claves en "Mundos Opuestos" fueron las relaciones amorosas que se formaron. Longton con Wilma, el reencuentro de Gallego con Joche, los líos de éste con Michelle Carvalho, y sobre todo los ires y venires entre Sebastián Roca y Mariana Marino.
En este ámbito, Nakasone reconoce que "una de las virtudes que tiene este equipo es reaccionar rápido ante lo que sucede y a situaciones". Por esa razón decidieron hacer ingresar a la controvertida modelo brasileña y a Agustín Pastorino, quien había tenido un romance con Mariana antes de encerrarse en la casona de Pirque.
"El objetivo del reality es contar historias y se dio la oportunidad de cruzar la realidad del reality con la vida real, y eso lo utilizamos. Reconozco que la idea era incomodar a los participantes y generar triángulos amorosos", asumió.