El dominicano descubrió la fórmula de su bachata a principios de los 90, y no la soltó más.
LUNSANTA CRUZ DE TENERIFE.- El popular artista dominicano Juan Luis Guerra cree que la clave de su éxito está en haberle puesto "vestido" a la bachata, género al que dice que atavió con romanticismo.
"Mi bachata es rosa, es más suave y suena diferente a la tradicional de República Dominicana", asegura Guerra, quien recuerda que la primera vez que utilizó esta fórmula, que acentuó la mezcla con el bolero, fue en los noventa, en su disco Bachata rosa.
A partir de ese momento la ha seguido utilizando, ya que hace que a personas que normalmente no escuchan bachata "les guste e incluso la bailen", explica.
"La música es la alegría cantada", exclama Guerra, quien cree que la gente a pesar de no tener dinero invierte en cultura porque les da energía positiva y se olvidan de los vaivenes de la bolsa y de la crisis económica.
Sus conciertos son ejemplo de esta alegría, pues a su juicio, son "una fiesta" en la que todos los que asisten participan bailando y tarareando sus clásicos, como "Ojalá que llueva café" y "Visa para un sueño".
No tener fronteras, gustar tanto a padres como a hijos y resistirse a las modas pasajeras son otros de los éxitos de Juan Luis Guerra, quien desmiente que haya pasado de encontrar la inspiración en el amor a hacerlo en Dios.
"Dios es mi inspiración, de Él sale el amor", responde el artista, quien confiesa que desde que se vinculó hace 17 años con el cristianismo, siempre lo ha tenido presente y que, aunque sigue haciendo canciones "sumamente románticas", sus referencias religiosas están ahora más presentes que nunca en su carrera.
"La espiritualidad es lo que me hace estar bien y en armonía, antes estaba desordenado", dice el dominicano, quien matiza que la religión la lleva siempre consigo y, aunque le aleje de algunos seguidores, es algo de lo que no puede separarse y luce con orgullo.
Ese compromiso es similar al que tiene con otras causas sociales, como con Haití y las consecuencias que dejó el terremoto de enero de 2010. También con su propio país, República Dominicana, donde critica que se invierte poco en sanidad y educación.
En Haití abrirá dentro de poco un hospital con lo que ha recaudado del concierto benéfico "Song hope of Haití" que organizó, y en República Dominicana tiene esperanzas de que el nuevo gobierno aumente el presupuesto destinado a educación, "una vieja reivindicación que parece que vamos a conseguir".