Martin junto a sus hijos, Mateo y Valentino.
Archivo La SegundaNUEVA YORK.- Ricky Martin dice que Broadway es un monstruo que exige disciplina, concentración y dedicación absoluta, pero con el "Che" de "Evita" asegura que se siente tan a gusto que no le gustaría mudarse por un buen tiempo, ni de las tablas ni de Nueva York.
Martin afirma que nunca había enfrentado un desafío tan grande como este espectáculo de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber y que eso es, precisamente, lo que lo tiene "enganchado" con la Meca del teatro, donde su única experiencia previa la tuvo en 1996 en "Los Miserables", en el papel de Marius.
Martin ya tiene decidido quedarse al menos por un tiempo en Nueva York. Una vida "fascinante" y multicultural para sus mellizos Mateo y Valentino, próximos a cumplir cuatro años, parece haber sido otro factor determinante en esa decisión.
"Me quedo en Nueva York. Ese es mi plan. Cualquier cosa puede cambiar en el negocio del espectáculo, cualquier cosa cambia de un día para otro. Pero la idea es quedarme aquí por un tiempo", explica el actor.
"Nueva York es un lugar maravilloso para criar niños. íSe puede hacer tantas cosas con niños aquí! Ir a toda clase de museos, ir al Central Park. Uno ve niños de todas partes del mundo! Mis hijos están yendo a una escuela literalmente con niños de todas partes del mundo así que están expuestos a tanto a tan temprana edad. Es una ciudad tan fascinante. Me encanta, de verdad que es increíble", dice sobre su decisión de permanecer en la ciudad por un tiempo indefinido.
Tras la experiencia de interpretar a Che en el musical, se atreve a decir que le encantaría hacer Broadway por el resto de su vida, "porque es un desafío constante, porque me hace crecer como actor, como artista. Y eso es lo que necesito, eso es lo que me tiene enganchado".
No obstante, admite que debe entregar mucha energía al papel. "Si yo pensaba que sabía de disciplina, pues mi nivel de disciplina era muy básico hasta que comencé con esta obra en específico. El papel de Che es muy exigente cada noche, pero realmente lo estoy disfrutando. Estoy lidiando con tantas emociones, todos los días, frente al público. Esa vulnerabilidad es ... adictiva", concluye.