El rostro de Tracey Emin lo dice todo, en su tránsito con la llama olímpica.
APLONDRES.- La controvertida artista británica Tracey Emin se convirtió en una de las relevistas que portó durante unos 300 metros la antorcha olímpica, a sólo ocho días de la ceremonia de inauguración de los Juegos en Londres.
La artista londinense, de 49 años, saltó a la fama en 1999 cuando fue nominada al prestigioso premio Turner de arte contemporáneo, gracias a la comentada instalación "My bed", una cama deshecha rodeada de preservativos usados, botellas de alcohol y ropa interior sucia.
Esas instalaciones y otras obras de arte, sin embargo, permitieron que Emin se transformara no sólo en una de las artistas más célebres y reconocidas de Inglaterra, sino también en una de las más cotizadas del arte contemporáneo actual.
En esa calidad es que hoy pudo cargar la llama olímpica en su paso por la galería Turner, en la localidad costera de Margate, al sureste de Inglaterra.
Emin ya había jugado un papel en la preparación de los Juegos, al colaborar en el diseño que lucen algunos aviones de la compañía British Airways para celebrar la cita deportiva. Una paloma dorada que simboliza la paz y el espíritu olímpico fue su motivo escogido.
En la jornada número 62 del recorrido de la antorcha por el Reino Unido, la comitiva olímpica agota sus últimos kilómetros por las carreteras del país antes de llegar el viernes por la noche a Londres, para comenzar el sábado un recorrido de siete días por los alrededores y el centro de la capital británica.
Durante la jornada de hoy, la llama tenía contemplado pasos por la catedral de Canterbury, uno de los templos cristianos más antiguos de Inglaterra, y uno de los principales símbolos de la iglesia anglicana.
El trayecto de 81 kilómetros que recorrerán 136 relevistas concluirá esta noche con una celebración en el castillo medieval de Leeds, en Maidstone, la capital del condado de Kent.
Como en las jornadas anteriores, el paso de la antorcha por las distintas poblaciones del recorrido sacó a la calle a miles de personas que celebraban el paso de los relevistas de la llama olímpica, la mayoría de los cuales son ciudadanos de esas localidades seleccionados por los servicios prestados a sus comunidades.