Manuel García corona su mejor temporada con un tercer Caupolicán lleno

SANTIAGO.- Era una apuesta que en el papel podía sonar audaz, pero bastaba dar una mirada al último año de Manuel García para percatarse de que en esta piscina había agua de sobra para lanzarse. Y así terminó de comprobarse esta noche, cuando el cantautor completó su inédita seguidilla de tres conciertos consecutivos en el Teatro Caupolicán, iniciada el viernes con lleno total.

Es un récord en la nueva era del recinto, por cierto, pero eso va a la anécdota. Lo que queda es la coronación de la mejor temporada del ariqueño a la fecha, abierta hace exactamente un año en este mismo teatro, y marcada por el punto de quiebre que significó el paso por Viña 2012, en febrero último.

Todo ese recorrido es el que García recordó esta noche, en un paseo que abarcó en detalle sus tres primeros discos, además de un saludo al más reciente Acuario y la apertura a más de una sorpresa.

El itinerario tuvo como hilo conductor al orden cronológico, aunque la partida la dio el homenaje a Nelson Schwenke en compañía de Marcelo Nilo. Luego, texturas más acústicas cobijaron el repaso por los temas de Pánico (2005), el debut en solitario de García, y del cual "Hablar de ti" y "El viejo comunista" fueron los más coreados por un público que ya conoce este repertorio al revés y al derecho.

Y aunque el arribo de las canciones de Témpera (2008) —tras una discutible invitación a un amigo de infancia— redobló el tránsito desenchufado, ese segundo tiempo abrió también una ventana a los nuevos sonidos que hoy explora el cantautor, sobre todo en el rescate de "Perderse", tema hasta ahora inhabitual en sus presentaciones.

"Vida mía" y "Alfil" levantaron la bandera de S/T (2010), para que luego Álvaro López, de Los Bunkers, encarnara otra de las sorpresas de la velada, no sólo acompañando a García en la interpretación de "Al final de este viaje" y de "La era está pariendo un corazón" (temas de Música Libre en los que el ariqueño colaboró), sino también cantando a solas "No me hables de sufrir", de la banda penquista.

La penúltima sorpresa vino con el cover de "Tabú", homenaje al "príncipe dormido del rock & roll", Gustavo Cerati, referente fundamental en el nuevo sonido de García. Por lo mismo, el tema sonó en medio de la presentación de los temas de Acuario, que fueron del sonido de sintetizadores de "Sueños" a la intimidad al piano de "Un rey y un diez".

En más de tres horas —que finalizaron con Chinoy sobre el escenario—, el concierto representó el resumen más completo que Manuel García haya hecho hasta ahora de su carrera, pero también el cierre de la etapa que lo llevó hasta la primera línea de la música nacional. La siguiente fase comienza desde otro estatus, siempre al alero de su guitarra, pero ahora también de sus teclados. Los límites, en tanto, se siguen viendo igual de lejanos en el horizonte.