Las integrantes de Pussy Riot se han quejado del trato recibido, reclamo que ha encontrado apoyo en organizaciones humanitarias.
APMOSCU.- Las integrantes del grupo femenino punk ruso Pussy Riot denunciaron haber sufrido torturas en la cárcel, en el segundo día del controvertido proceso en su contra que se desarrolla en el tribunal del distrito de Jamovniki, en Moscú.
"No puedo participar en el proceso. No hemos dormido ni recibido comida, eso es una tortura", dijo Maria Alyojina, de 24 años, citada por la agencia de noticias Interfax. Ante ello, el tribunal decretó una pausa parta comer y descansar, antes de continuar la audiencia.
Durante el inicio el proceso el lunes, que duró unas diez horas, las mujeres no pudieron comer, beber o ir al baño, aseguraron. Defensores de los derechos humanos criticaron las condiciones de prisión preventiva "indignantes" en que se encuentran las acusadas.
Las tres mujeres, de entre 22 y 29 años, están acusadas de "vandalismo por odio religioso", tras una controvertida protesta en una iglesia contra el presidente Vladimir Putin, por lo que podrían ser condenadas a siete años de prisión.
El grupo grabó un "rezo" en febrero en la catedral del Cristo Redentor de Moscú, pidiendo que Rusia se viera liberada de Putin. La fiscalía alega que con su baile "vulgar" en el altar hirieron los sentimientos religiosos de los creyentes.
La Defensa ha denunciado que se trata de un proceso político en el que la influyente Iglesia Ortodoxa rusa está siendo utilizada para ese objetivo.
La juez Marina Syrova señaló hoy que los informes médicos prueban que las mujeres se encuentran en plenas facultades mentales y son imputables.
Una de las nueve personas que forman parte de la acusación particular aceptó hoy una disculpa de las mujeres. Se trata de un monaguillo, que pidió al tribunal una decisión justa. Un segundo trabajador de la iglesia rechazó sin embargo la disculpa, alegando que era "superficial" y "blasfema".
Los creyentes ultraortodoxos exigieron que las artista s sean expulsadas de Rusia. Las activistas, dos de ellas madres, llevan cinco meses en prisión preventiva.
Mientras tanto, hoy se conoció una encuesta del insituto Levada según la cual la mayoría de los rusos consideran exagerada una pena de prisión por la protesta de Pussy Riot. Más del 50 por ciento considera que una condena a prisión sería desproporcionada, mientras el 33 por ciento sí la considera correcta.
La mayoría considera más adecuado que sean obligadas a trabajar en algún proyecto comunitario o que se les imponga una multa. Además, sólo alrededor de una cuarta parte considera la acusación por vandalismo el verdadero motivo del proceso.
El 17 por ciento cree que fueron acusadas por exigir la dimisión de Putin, y el 20 por ciento piensa que fue la cúpula rusa la iniciadora del proceso para intimidar a la oposición. El ocho por ciento cree que el propio Putin dirige el proceso. Además, el 47 por ciento considera que las mujeres hirieron la moral de la sociedad.
En otro sondeo no representativo realizado por teléfono e internet por la emisora Echo Moskvy, crítica con el Kremlin, más del 70 por ciento de los oyentes llamaron a la banda a continuar su lucha política.