"Este tango lo canté por primera vez en la radio El Mundo de Buenos Aires. Cuando se hacían shows igual que aquí, en la Corporación, en la Minería", dice en un momento de este disco Ginette Acevedo, y es una doble alusión: ahí está su historia personal, con los seis años que esta cantante chilena vivió y actuó en Argentina entre 1964 y 1970, y a la industria musical, con los nombres de dos de las principales radios chilenas de la época. Son antecedentes como esos los que hay tras Desde el alma, un disco hecho sólo con voz y piano, grabado en vivo en 2011 y compartido entre la cantante y el pianista Valentín Trujillo en una suma de experiencias.
Varias identidades tiene Ginette Acevedo en la música chilena de las últimas cinco décadas. En los '60 se inició como una intérprete de canciones latinoamericanas. Se consagró en 1971 con la composición "La torcacita", de Óscar Cáceres y Luis Barragán. Y los televidentes de los '70 y '80 la recordarán entre los cantantes de éxitos internacionales que acudían a programas como "Sábados gigantes" o "El festival de la una", que no por nada la presenta aquí Enrique Maluenda. Así mismo es variado este repertorio, en el que ella encadena con naturalidad a autores latinoamericanos como Roberto Carlos ("Emociones"), Alberto Cortez ("En un rincón del alma"), Piero ("Soy pan, soy paz, son más") y Ariel Ramírez ("Alfonsina y el mar"), y se remonta a generaciones previas con Mariano Mores ("Pequeña"), Mario Clavell ("Quisiera ser") y Roberto Cantoral ("La barca"), entre vals, bolero y tango.
También hay un segmento de historia de Chile, con sus versiones para poemas de Óscar Castro y Pablo Neruda llevados a la partitura por Ariel Arancibia ("Romance de barco y junco") y Vicente Bianchi ("Poema 15") respectivamente. Canta en español, inglés, francés e italiano en la misma velada; por encima de ciertas imperfecciones de una grabación en vivo demuestra también en directo la dulzura y el apasionamiento que dan forma a su carácter en la interpretación, y de paso se escuchan sus conversaciones con Valentín Trujillo, quien hasta canturrea en exclusiva algunos versos. Para iniciar y terminar el concierto, Ginette Acevedo elige el tono de legado y revisión personal que tienen los versos de la canción "Emociones", una especie de "My way" o de "Je ne regrette rien" con líneas como "A veces sufrí / y no dejo de amar / si lloré o si reí / lo importante es que emociones viví". Y la segunda vez, para el cierre, la termina con un yeah muy rockero que en alguna parte tuvo guardado todo este tiempo. Esa sí es una sorpresa.