La última teleserie en que Castro participó fue ''La Doña''.
CHVVENECIA.- El actor Alfredo Castro reiteró en Venecia las críticas que esbozara al mundo de las teleseries cuando renunció a éstas, asegurando que ese tipo de producciones producen "podredumbre humana y espiritual".
En entrevista con la agencia Efe, en el marco del Festival de Cine de Venecia, donde ayer presentó la película "È stato il figlio" en la sección oficial de "la Mostra", Castro de todos modos no descarta su vuelta a la televisión en un futuro.
"Por suerte, finalmente (dejé las teleseries). Se pudre uno. Es una podredumbre humana, espiritual, porque es un trabajo muy miserable. Perdón que lo diga. Me he ganado la vida ahí, pero realmente llega un punto en que uno dice que ya no puede más", dijo el actor, quien dejó esas producciones en marzo, tras su trabajo en "La Doña".
"El tratamiento de los temas es tan miserable, tan bastardo, que hay un punto en que no se puede más. Yo me enfermé con la televisión. Me enfermé físicamente. Llegó un punto en que ya no podía más. Entonces hice un esfuerzo económico, porque uno vive de eso, y estoy intentando vivir de lo que hago ahora, de lo que me corresponde vivir", añade.
En la actualidad, Castro está volcado al teatro y el cine, en el que ha trabajado sobre todo con el cineasta Pablo Larraín, pero reconoce que en un futuro quizá se tenga que comer sus palabras y regresar a la televisión por razones económicas.
"Cada vez que me preguntan, yo digo 'bueno, me comeré la boca, pero volveré de nuevo a estar en televisión', porque realmente puede ser que mi teatro entre en crisis, que no vaya público y que no haya apoyo del Estado, que no tenga películas que hacer. Y entonces tendré que volver a la televisión. Es así la vida", apunta.
Por el momento, Castro promociona en el 69° Festival Internacional de Cine de Venecia "È stato il figlio", película ítalofrancesa dirigida por el italiano Daniele Ciprì, que opta al León de Oro y que protagoniza con un personaje marginal de un barrio humilde de Sicilia, que narra en tercera persona la tragedia de su juventud, con dos asesinatos fortuitos en su familia.
"Si la temática de la película es muy del sur de Italia, quiere decir que el sur de Italia entonces es Chile. Realmente es una temática que puede suceder en Chile. Sentí que la historia era completamente chilena, no sentí que fuera una historia particularmente europea o siciliana. Dije: 'esto ahora en Chile puede suceder perfectamente bien'. De hecho, sucede", comenta.
"En el norte de Chile, donde el tráfico de drogas con Bolivia y Perú es tremendo, vas a una población donde vive la gente de un modo muy pobre, muy miserable, pero ves que tienen un auto cuatro por cuatro blindado afuera. Y no es una casa, son poblaciones que con la droga en vez de comprarse una casa, compran un auto enorme", añade.