Viggo Mortensen junto a su coprotagonista, Soledad Villamil.
ReutersMADRID.- El actor Viggo Mortensen estrenará el fin de semana en el Festival de Toronto su primera película rodada en Argentina, "Todos tenemos un plan", de la cineasta Ana Piterbarg, en la que aborda un papel doble, los gemelos Agustín y Pedro.
Agustín es un médico pediatra de clase media acomodada, casado con Claudia (Soledad Villamil) que, en medio del proceso de adopción de un niño, se echa atrás, se aleja de su mujer y se encierra en sí mismo. Es entonces cuando aparece Pedro, su hermano gemelo, un delincuente que vive aislado y cuya identidad decide asumir Agustín cuando éste muere.
La acción transcurre tanto en el entorno urbano de Buenos Aires como en el claustrofóbico Delta del Tigre, un sitio, recuerda Mortensen, utilizado por la clase alta porteña para ir de vacaciones o tener una segunda casa, pero que, río arriba, se convierte en "otra cosa, especialmente en invierno, que da un poco de miedo".
Ambos paisajes acompañan a los dos hermanos como símbolos de los contrastes que son ellos mismos, dice Mortensen, y, tal vez, apunta Piterbarg, explican por qué surge la envidia, los detalles del pasado.
"La película tiene algo sobre volver a la infancia. Y propicia que uno elabore hipótesis sobre las cosas, invita a la contemplación y a la reflexión", agrega.
A pesar de la complejidad técnica de interpretar dos papeles al tiempo, Mortensen, que ha sido sicario ruso, espadachín español, granjero amish, Sigmon Freud y el mismísimo Aragorn en la trilogía de "El señor de los anillos", en los más de cincuenta papeles de otros tantos largometrajes, apunta que "no ha sido tan diferente".
"Como actor siempre estoy haciendo de otro, mintiendo lo mejor posible, poniéndome la ropa de otra persona, la voz, un acento diferente, y siempre un punto de vista diferente al mío".
Es lo bueno de ser políglota, aunque en este caso, el neoyorquino de padre danés tiene corazón y acento argentino desde niño.
"Ha sido especial rodar en Argentina, porque me crié allí y porque admiro la formación de actores y la tradición del cine argentino; siempre hay cosas interesantes que salen de ese país".
Piterbarg, exitosa realizadora de televisión, ganó el prestigioso premio Julio Alejandro de guiones con este trabajo, que le ha llevado "años" sacar adelante, entre otras cosas, dice, porque "una ópera prima era un desafío muy grande para los productores y para mi misma, pero fue bueno porque maduró con el tiempo".