''El tipo de películas que solía hacer en mi carrera se estaban agotando porque son difíciles de financiar'', explica Irons.
AFPLOS ANGELES.- A pocos días de que se estrene la nueva película de Jeremy Irons, "The Words", el actor admite que es extremadamente perfeccionista y que no tiene el mismo ritmo de vida que hace unos años.
"No tengo el mismo entusiasmo que de joven. Veo a mi hijo de 25 años y disfruto con su excitación. Yo me siento más apático ahora", dice Irons, que cumplirá 64 años en dos semanas y que es un tremendo perfeccionista al que ni siquiera sus cuatro décadas en el mundillo han modificado un ápice su carácter.
"Debo tener cuidado con eso. Existe una línea muy fina entre ser un perfeccionista y un cabrón", afirma entre risas.
Aunque el actor destaca de su carrera obras como "Lolita", la cual lo hace sentir "muy orgulloso", asegura que "nunca quedo completamente satisfecho. Siempre pienso que podía haber hecho cosas distintas. Nunca nada es tan bueno como deseas que sea".
Últimamente Irons está más centrado en la televisión gracias a la serie "Los Borgia", proyecto que lo conquistó a primeras.
"El tipo de películas que solía hacer en mi carrera se estaban agotando porque son difíciles de financiar. Al mismo tiempo crecía la calidad de los guiones en la televisión por cable estadounidense, con series como 'The Wire' o 'Boardwalk Empire', con una audiencia enorme. Antes pensaba: "¿para qué trabajar tanto y tan duro en televisión si la gente va a estar viendo el fútbol?", comenta. "Ahora la gente puede ver su serie favorita cuando y como quiera", añade.
Irons nunca fue un producto de Hollywood. Nunca consideró Los Angeles su casa -Irlanda e Inglaterra tienen ese honor-, pero es ahora cuando más alejado se siente de esta industria.
"Para mí Hollywood siempre ha sido dirigido por gente que quiere ganar dinero, y eso nunca fue lo que me atrajo del cine, sino contar historias", declara el actor. "Hay un gran espacio entre lo que yo siento y lo que existe aquí", agrega.
Irons no es amigo de los grandes presupuestos ni de los efectos especiales, pero es feliz siguiendo su propio camino. "Coincidí con Bruce Willis en Budapest. Él rodaba la quinta parte de 'Die Hard' y yo estaba allí con 'Los Borgia'. Sé que yo me lo estaba pasando mejor que él", manifestó.
A él, a estas alturas, solo le preocupa vivir el momento, ya sea en soledad o acompañado por sus seres queridos.
"Cuanto más viejo me hago más me doy cuenta de que las cosas materiales no tienen importancia; solo importan las personas. La riqueza no da la felicidad; esta llega a través de la lealtad, el respeto y el amor en las relaciones humanas. La calma y la paz me hacen feliz. Ya sea en mi velero, en mi caballo o esquiando", concluye.