Livingstone vivió 92 años, con más de 70 en la esfera pública.
El MercurioSANTIAGO.- En cerca de dos décadas en las canchas y cinco en pantalla y frente a los micrófonos, son decenas las anécdotas que Sergio Livingstone logró acumular, y las vivencias que fueron moldeando esa personalidad que exhibió hasta sus 92 años. Con singular espontaneidad, el comentarista no tuvo problemas para analizar sin pelos en la lengua, pero siempre con respeto, tanto al panorama deportivo vigente, como a su propio entorno.
Su apodo: "(Me lo puso) El jefe de barra de la Católica, porque saltaba y encogía las piernas. Pero la historia es más larga... En el primer clásico universitario, el año 39, el arquero de la "U" era el "Pulpo" Eduardo Simián. Una figura. Las barras le ponían letra a las canciones de actualidad, y la palabra "pulpo" era muy fácil, pero Livingstone era imposible... Rima con huevón, entre otras cosas. Entonces, el entrenador me dijo 'te voy a poner Sapo'. '¿Sapo? —le dije— A uno le dicen Rodilla Elástica, a otro Garra de Águila, a otro la Estatua de Sal, a otro el Murallón... ¿y a mí me vas a poner Sapo?'. 'Es que tú saltas muy bonito', me dijo" (El Mercurio, 2011).
Atajar sin guantes: "En ese sentido fui pionero, porque empecé a jugar con guantes de calle, esos de cuero, que me prestaba gente amiga. Después fuimos a Europa, años después, y todo el mundo andaba con guantes. Los empecé a usar el año 49 y jugué el Mundial del 50 con ellos" (The Clinic, 2009).
El debut en Racing contra Boca: "Fue muy malo, jugué y perdimos cuatro a dos (...) Estaba toda la embajada chilena en el estadio, incluido su embajador, don Conrado Ríos Gallardo. Fue un papelón del porte de una casa" (The Clinic, 2009).
Líos extrafutbolísticos: "En mi época había una mala conducta tremenda entre los jugadores. Yo me porté mal, pero a nadie le interesaba" (El Mercurio, 2008).
El primer gran amor: "Cuando me contrataron en Racing, una amiga mía me convidó a comer y la comida resultó más cálida de lo que pensaba. Entonces, me fui a Buenos Aires, me quedó dando vueltas eso, y cuando vine con el club a jugar acá, me volvió a convidar y empezamos a pololear como locos (...) Después me casé con ella y se transformó en la madre de mis hijos. Pero con el tiempo me separé. Al principio uno piensa que es la única mujer en el mundo, y desgraciadamente no es así. Así que dejé botado Racing, con un contrato pendiente, y me vine. Fue algo absolutamente estúpido" (The Clinic, 2009).
Su segunda separación: "No sé en qué fallé. Quizás no supe lo que es ser buen marido, porque ser buen marido no es llegar a la hora en la noche, es conmover a la mujer. Y yo no la conmovía. El gallo que llega curado, tarde, si al otro día la lleva a comer a Viña del Mar, la deja feliz. A mí el fútbol me colmaba, no le daba excitación a mi mujer, cosas inesperadas" (Revista Sábado, 2010).
La política: "Me ofrecieron ser diputado, pero yo soy pelotero. Fue después del Sudamericano del 45: tenía buena nombradía y pensaron que podría sacar varios diputados por el chorreo de votos" (El Mercurio, 2009).
La dupla con Carcuro: "Lo curioso es que Pedro siempre me trata de usted, me dice don Sergio, nunca me ha tratado de tú, y yo lo trató de huevón para abajo" (The Clinic, 2009)
Los actuales comentaristas en TV: "Cuando uno ve a los argentinos, que son de partida irrespetuosos y que tienen un éxito loco, veo que aquí hay periodistas jóvenes que han seguido esa senda y les ha ido bien. Ellos piensan que es la manera de hacer periodismo. A mí me gusta un periodismo más didáctico, más de corregir la mala educación. Pienso que es fundamental en la vida y, por cierto, en el deporte" (El Mercurio, 2001).
El encuentro con los hinchas en Francia: "Estaba con el Pato (Yáñez) y gritaban 'el Sapo, el Sapo, el Sapo', y nos rodearon. Cuando me salí, vi que me habían metido la mano en el bolsillo y me habían sacado la billetera. Yo me sentía halagado, 'el Sapo, ahí está el Sapo', y me quitaron la billetera" (Revista Sábado, 2009).
El fin de "Zoom Deportivo": "Me puedo adaptar a cualquier formato. Lo que me interesa es estar vigente y en este canal (TVN), que es mi casa. Estoy seguro que aquí nunca me van a bajar el volumen" (El Mercurio, 2012).
La jubilación: "Yo no quiero jubilar por ningún motivo y me molesta mucho que digan mi edad porque la gente dice "qué hace este viejo huevón trabajando", cuando yo tengo todo el fervor, todas las ganas. Y las condiciones para lo que hago las tengo muy firmes. Para mí, mi familia y el trabajo son las dos cosas más importantes en mi vida" (Revista Sábado, 2009).