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LOS ANGELE.- El ex manager de Britney Spears subió el martes al estrado en su juicio por difamación contra los padres de la cantante afirmando que la protegió de los paparazzi durante la crisis emocional que sufrió hace unos años.
Sam Lufti le contó al jurado cómo conoció a Spears en un club nocturno en 2007 y dijo que ella comenzó a conversar con él al preguntarle si podía usar su sombrero.
Agregó que él se negó. "A ella le gustó eso, no suelen decirle que no. Así que fue refrescante para ella escuchar un 'no' una vez. Comenzamos a hablar y después comenzó a llamarme y enviarme mensajes de texto, seguimos saliendo y nos convertimos en amigos", dijo.
Lufti aseguró que en ese entonces la cantante estaba en "modalidad de crisis. Estaba muy alterada, pasaba por una batalla legal por la tutela de sus hijos y estaba a la mitad de su divorcio". Agregó que también tenía problemas de consumo de drogas.
Lufti explicó que la conoció poco después de que se rapara, en un incidente que fue registrado por la prensa. "Tenía mucha ansiedad", afirmó.
Su declaración fue interrumpida varias veces por las objeciones de los abogados de los padres de la cantante, Jamie y Lynne Spears. En algún momento su abogado le preguntó si tomó medidas para controlar a la prensa que seguía todo el tiempo a Spears.
Lufti dijo que redujo el problema al escribirle a los fotógrafos dónde iba a estar la cantante para que la pudieran seguir a una distancia segura.
"También comencé a arreglar reuniones en su casa con la prensa para que los fotógrafos la pudieran conocer como ser humano", explicó, refiriéndose a sí mismo como el manager de la cantante. Lufti no especificó cuándo se volvió su representante.
En la demanda Lufti afirma que Lynn Spears lo difamó en su libro sobre ese trágico momento en la vida de su hija. En el libro lo describió como un manipulador que explotaba la vulnerabilidad de la cantante y le daba drogas para controlarla.
El ex representante niega esas acusaciones y se describe como el protector de Spears que manejó su carrera durante el periodo turbulento que llevó a su hospitalización por problemas mentales.
La juez de la Corte Superior Suzanne Bruguera también negó una moción presentada por el abogado de Lufti para obtener acceso a los archivos médicos de Spears de la unidad siquiátrica de la UCLA.
El abogado, Joseph Schneider, explicó que quería saber si las drogas mencionadas en el libro de Lynn Spears estaban en el cuerpo de su hija cuando fue hospitalizada.
La juez dijo que era poco probable que hubieran sido determinadas y agregó que el reporte era inadmisible sin el testimonio de un médico o testigo experto. El abogado no había pedido este tipo de testigos para el juicio.