El novelista presentará ''Pasajero K'' mañana en la Estación Mapocho, a las 18:00 horas.
EFESANTIAGO.- La historia de uno de los criminales de guerra más temibles de Europa, el presidente serbiobosnio Radovan Karadzic, es retratada en el nuevo libro del escritor español Adolfo García Ortega, "Pasajero K".
La novela sigue la historia de un cineasta que, tras la muerte de su esposa, inicia un viaje por Europa para rodar una última película. No obstante, su plan cambia cuando conoce a una periodista que cubrirá el juicio de Karadzic en La Haya. Juntos, recorreran el continente en búsqueda de un testigo clave.
El novelista explica que sintió la necesidad de escribir sobre esta temática debido a la trascendencia que tiene la guerra de Bosnia en la historia reciente del país, pese a que en su momento "los europeos miramos para otro lado, pensamos -o alguien dijo- que era una cuestión de política interna". Asimiso, destaca la relevancia de ahondar en la vida de Karadzic.
"La figura de Karadzic es realmente sorprendente y despreciable. A mi me llamó muchísmimo la atención cuando lo detuvieron y el hombre que apareció en la televisión era un ancianito de barba larga y blanca, con pinta de curandero-y lo era- y de buena persona. Parecía mentira que la persona más buscada de los últismo 12 o 13 años estuviera disfrazada de un ancianito que vive en la esquina. Me sorprendió mucho", apunta a Emol.
"Me dije "'¿Qué farsa, qué mecanismo mental puede haber para engañarse tanto'? y a partir de ahí fue cuando decidí escribir esta novela, que no gira exclusivamente alrededor de Bosnia, pero sí de Karadzic. Pero sobretodo gira alrededor del desconocimiento que tenemos los europeos de nosotros mismos y de nuestras identidades", dice.
La narrativa de García Ortega está marcada por una intensa búsqueda de justicia. Y aunque no es algo qu él pretenda hacer a consciencia, admite que no logra abandonar.
"A mí lo del compromiso social intento eludirlo expresamente, pero al final me termina alcanzando. Desde niño, desde joven, he tenido una gran voluntad por lo social y por opinar, expresar las injusticias. Esto es quizás una figura un poco quijotesca que tengo de mi modo de vivir", señala, aludiendo que en este caso fueron los abusos contra las mujeres los que lo llamaron a escribir.
"Pero sí que es verdad que en el caso de Bosnia, o de esta novela, lo que me motiva por dentro es la indignación por lo que pasa en la novela de las violaciones a las mujeres en Bosnia. Eso desencadenó en mí la rabia, o la necesidad de dar una respuesta que llegara a, si es posible, mucha gente. Yo creo que el escritor tiene que contar el periodo que le tocó vivir, y darle un discurso universal para que se convierta en una especie de metáfora. Hay que partir de la realidad e intentar que la gente se implique y se sienta conmocionada".
El español, que aterrizó en Chile el sábado pasado para participar en Filsa y en conversaciones redondas sobre los derechos humanos y la crisis en Europa, admite que está "tentado" en escribir una novela que retrate la situación actual de su país, pero que debe preparse para tomar la pluma.
"Siento una enorme tentación (por escribir de España), pero las novelas llevan mucho tiempo, hay que prepararlas mucho, y tengo que sentir que la novela me ha elegido a mi para ser escrita. Entonces, preveo que escribiré algo, pero pasa que me da miedo. Tengo una novela demasiado ambiciosa y difícil en la cabeza, que tiene que ver precisamente con la crisis", señala.
El también poeta y periodista concluye que aunque "todos los escritores se sienten interpelados por la realidad", lo importante es llegar al punto de "contar los conflictos de una forma no banal", y es esa su constante búsqueda.