''Creo que en algún momento traté de que la banda sonara a Yes pero tuvimos un problema. Pero el hecho es que lo hacemos de forma distinta y realmente, funciona muy bien'', explica Wakeman sobre el proyecto con el que viene a Chile.
Archivo El Mercurio.Para los fanáticos del rock progresivo, el nombre de Rick Wakeman evoca de inmediato al periodo más clásico de Yes, agrupación británica que durante la década del setenta lideró esta corriente con discos como The Yes Album (1971), trabajo en el que si bien Wakeman no participó, hizo suyas composiciones como “Starship trooper”, una de las canciones más reconocibles de la banda británica, Fragile (1971), que marcó su debut en el grupo, y Close to the Edge (1972), sin dudas uno de los discos fundamentales del género.
El final de esa época con Tales from topographic oceans (1973), marca su debut como solista con Six wives of Henry VIII, en el mismo año. De ahí en más, Wakeman ha construido una extensa carrera como solista en la que ha explorado diversos estilos, desde el piano clásico hasta el rock más comercial. Esa exploración de tan disimiles corrientes le ha dado a Wakeman el prestigio de ser, a la fecha, uno de los mejores tecladistas del orbe.
Para Wakeman, no obstante, lo que está en juego no es su pasado. Le interesa, y así lo hace saber desde Londres, que su legado se actualice de forma permanente. Por eso es que, en la antesala de lo que será su tercera presentación en nuestro país, es que esta gira que trae el músico junto a su English Rock Ensamble estará enmarcada en lo que es la re-edición de uno de los trabajos más reconocidos del músico: Journey to the center of the Earth (1974).
-Cuando compuse ese disco –comenta Rick, lo hice con seis canciones, incluyendo la pieza central del álbum, y su duración era algo así de una hora. Pero, por supuesto, no podías meter esa cantidad de tiempo en un disco, en un elepé de esos años. Así es que tuve que editarlo incluso antes de siquiera grabarlo o ensayarlo, por lo que dos canciones nunca estuvieron en el corte final, además de arreglos, solos y toda esa clase de cosas. Y cuando comenzamos a tocar de nuevo el disco este año, me pareció una muy buena idea el volver a colocar esa música que nunca antes se había escuchado, todo eso que se perdió antes. Así es que esta será la primera vez en que se escuche el disco en su completa magnitud, de la forma en que estaba originalmente planeado.
Para el músico re-editar una de sus piezas más reconocibles no fue fácil. Supuso someterlo a varias sesiones de audición por parte de la banda pero, más importante aún, de personas que jamás habían escuchado el disco original y así, actualizar este trabajo a las nuevas audiencias. "Estaba interesado que muchas personas consiguieran o volvieran a escuchar el registro original para que descubrieran cuáles eran las nuevas partes, por lo que sí, creo que la gente lo escucha y lo descubre de la misma forma y eso funciona muy bien para mí, estoy muy complacido por ello".
-¿Y de qué forma se enfrenta una audiencia más joven a esa experiencia de escuchar algo que fue escrito hace más de tres décadas?
-Es muy agradable eso, muy interesante. Sabes, mi esposa nació cuando yo hice este disco, en 1974. Ella nació en octubre de ese año, por lo que ella no lo conocía en lo absoluto. Cuando le presenté este disco me preguntó "¿cuándo hiciste esto?" y yo le dije "bueno, el día que naciste". Pensó que bromeaba al respecto. Lo que encuentro más interesante de todo esto es que la música no tiene edad. Te gusta o no.
-¿Y toda la presentación que se realizará en Chile estará centrada en lo que es este álbum, o mostrará parte de su discografía?
- Bueno, además de "Journey" y "Six Wives", también tocamos cosas de "King Arthur". Quizás haremos algo también de "No earthly connection" y a lo mejor, toquemos algunos temas de Yes. Será una mezcla de toda mi música, de seguro.
Asimismo, Rick Wakeman no descarta futuras reediciones de su catálogo. “Algo muy parecido pasa con "King Arthur" –dice el tecladista, en referencia al trabajo Myth and legends of King Arthur and the knights of the round table (1975). Ese disco –continúa, dura sólo 38 minutos y, nuevamente, era música que estaba pensada para una hora o más. Una de las cosas que haremos será enfocarnos en eso. Quizás no lo haremos el próximo año pero sí el siguiente y sí a la gente le gusta la nueva versión de "Journey", bueno, haremos lo mismo con "King Arthur".
Enfrentarse al legado de Yes
La década del 70 vio nacer al rock progresivo como estilo dominante y a Yes, como una de sus agrupaciones de avanzada. En eso, Rick Wakeman, junto a Keith Emerson, representaban el símbolo de una de las claves de ese sonido: el del tecladista virtuoso, con habilidades que vinculaban la música docta con el rock más duro.
Y aunque Wakeman fue parte de esto, lo cierto es que su historia con Yes es de idas y vueltas. En efecto, el último capítulo del tecladista con la banda se inició en abril de 2002 cuando, en el marco del aniversario número 35 de la banda, se confirmó su regreso para el tour de reunión de la "alineación clásica" de Yes: Jon Anderson en las voces, Chris Squire en el bajo, Steve Howe en las guitarras, Alan White en la batería y Wakeman a cargo de los teclados.
Entre ese año y 2005, la banda mantuvo cierta actividad. Sin embargo, todo se quebró en 2008 cuando a Jon Anderson se le diagnosticó una grave enfermedad respiratoria, lo que catapultó el quiebre definitivo de Wakeman con sus demás compañeros. "Bueno, los otros muchachos quisieron seguir en la gira por lo que les dije 'miren, para mí no puedes tener a Yes sin tener a Jon cantando, así es que esperemos a que mejore', pero ellos querían seguir y, la verdad, yo no puedo estar en Yes si no está Jon en la voz, así es que no pude hacerlo. No creo que sea lo correcto y que sea respetuoso para la música de Yes".
-De hecho, es curioso porque justo te alejaste y entró a la banda tu hijo, Oliver.
-Lo que paso fue que, cuando le dije a Chris Squire que no seguiría con la banda si no estaba Jon, él me preguntó a quién recomendaría para hiciese las partes de los teclados. Y le comenté que mis dos hijos, Adam y Oliver, podían hacerlo. Sin embargo, descarté a Adam porque está en la banda de Ozzy Osbourne. De hecho, lleva tocando junto a Ozzy hace muchos años y adora trabajar con él y con Black Sabbath, por lo que sabía que él no vendría. Pero le dije a Chris que Oliver había hecho un álbum acústico junto a Steve, que él conoce a Oliver y él podría hacer el trabajo. Y Chris me respondió "bien, haré que Steve lo llame".
-Es como pasar el testimonio.
-Fue gracioso porque después de eso me llama Oliver y me dice "papá, ¿cómo te sentirías si hiciese algunos shows con Yes?", y yo le respondí "¿a qué te refieres con cómo me sentiría?". Y él me cuenta que Steve lo acaba de llamar para que esté en algunas presentaciones de la banda, a lo que le respondo "bueno, deberías pagarme un porcentaje de lo que ganes porque fui yo quien te consiguió el trabajo". Él dijo "oh!", y le respondí "sí, bueno, fui yo el que te recomendó así es que me debes mi 10% por concepto de agencia, si no es mucho problema".
Así, entre risas, Rick Wakeman recuerda ese instante en el que la historia de Yes quedó completamente superada. Aún así, con su English Rock Ensemble, banda con la que se presentará en nuestro país y que la componen Dave Colquhoun en guitarras, Ashley Holt en la voz, Nick Beggs en bajo, y Anthony Fernández en la batería, revisarán algún tema de Yes, además de las composiciones propias de Wakeman.
Por lo mismo, las comparaciones podrían ser inmediatas y eso es algo que el tecladista trata de evitar. "Lo que haces, básicamente, lo que llamo el 'secreto', es que ni siquiera toquemos de la forma en que Yes lo haría. Lo más difícil de eso es que tus músicos sean ellos mismos. Decirles 'oye, escucha. Quiero que toques el tema a tu manera. Saldrá una gran versión de esto'. O sea, todos están muy conscientes del legado de Yes y su música, y siempre quieren hacerle justicia a eso. Pero hay que darles confianza a los músicos y decirles '¿saben algo? Podemos hacer una versión fabulosa de esto'".
-Es como lo que hablábamos antes. No me imagino un tema de Yes sin la voz de Jon Anderson.
-Es imposible. Sólo existe un Jon Anderson y él es el único que puede cantar así, por lo que ni siquiera lo intentamos. Sólo le digo a mi cantante, Ashley Holt, "Ash, sólo canta con tu voz. Ni siquiera trates de hacerlo como Jon, es un error". Creo que en algún momento traté de que la banda sonara a Yes pero tuvimos un problema. Pero el hecho es que lo hacemos de forma distinta y realmente, funciona muy bien.
-¿Y vislumbra alguna posibilidad de reunión con los demás integrantes de Yes?
-No creo eso pase. De hecho, estoy seguro de que no pasará. Para serte honesto, no he hablado con ellos desde hace… Dios, no he hablado con ellos en mucho tiempo. O sea, Chris y Alan viven en Estados Unidos, por lo que nunca los veo. Steve sí vive acá, en Inglaterra, pero a unas 350 millas (risas) por lo que es complejo que nos veamos, además de que siempre está en algún proyecto. Y Jon, bueno, él y yo hablamos más seguido, ya sea que nos damos el tiempo para visitarnos o hablar por teléfono la mayor parte de las veces, pero la verdad es que con los otros, no nos vemos hace mucho.