Flavio Cianciarulo no debe llevar la cuenta de cuántas veces ha estado en Chile. Pero son varias, muchas las ocasiones en que este músico argentino ha pasado por diversas ciudades de nuestro país, a cargo del bajo en una de las bandas favoritas de la audiencia local: Los Fabulosos Cadillacs.
Tanto es así, que hasta algo de similar ya debía haber entre uno y otro paso, en un ciclo que seguro se romperá a partir de hoy, cuando el también conocido como Sr. Flavio inicie una de sus aventuras más diversificadas a este lado de la Cordillera.
Porque mañana a las 21:00 horas el músico se presentará junto a la banda de "Matador" en el Estadio Bicentenario de La Florida, y esa misma noche pasará luego al Club Subterráneo de Providencia, para mostrar su proyecto en solitario.
Pero antes, esta tarde de jueves, la faceta que Cianciarulo mostrará aquí será otra: La de escritor. A las 17:30 horas de hoy el músico presentará y firmará en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) su tercer libro, titulado "Las Crónicas del León".
El volumen reúne las crónicas que el bajista redactó durante la gira de reunión de Los Fabulosos Cadillacs, y sucede a dos libros de ficción que editó anteriormente ("Rocanrol" y "The Dead Latinos"). "Cuando te encauzás en esto, simplemente buscás nuevas excusas para seguir adelante, y qué mejor excusa para mí en ese momento que escribir sobre aquello en lo que estaba, que era la vuelta de los Cadillacs", cuenta.
"Escribí de la forma en que siempre lo hago en mi blog (www.srflavio.com), un anecdotario intimista y subjetivo, desde mi óptica. No es un trabajo periodístico, es la óptica de un músico que está adentro, en el plano del backstage, dejándome llevar por las cosas que en el día a día captaban mi atención", agrega.
Así, la trastienda de los shows, los viajes entre países, las esperas en aeropuertos y las conversaciones con compañeros, entre otros temas, forman parte de este diario de gira. Pero no sólo hay material de 2008 a la fecha: Según Flavio, las andanzas del presente son permanentemente relacionadas con historias sucedidas en la primera edad d ela banda, en los agitados años 80 y 90.
"No tengo que atenerme a lo riguroso. La gran treta del libro es que todo el tiempo me tiro hacia atrás: Me acuerdo cuando... El libro es más amplio que la vuelta de los Cadillacs, y el capítulo final, que se llama 'Bonus track', es un regreso furioso a la época cadillac del 84-85", cuenta.
Y en ese recorrido, las menciones a Chile son varias, aunque con unas páginas marcadas: El terremoto de 2010, que frenó su participación en el Festival de Viña del Mar. "¡Qué día!", recuerda el músico, quien de paso deja la puerta abierta para concretar alguna vez esa frustrada presentación en el certamen. "Más que una deuda, nosotros de corazón creemos que tenemos que cubrir de buena energía ese momento. Si nos convocaren, desde ya estamos dispuestos... ¡Pero qué día! —reitera—. Con los Cadillacs venimos del llano pampiano, estábamos asustados. Mi esposa no tanto, porque es mexicana, está acostumbrada a que la tierra se mueva", recuerda.
Según Cianciarulo, este arribo a nuestro país consistirá en "llegar al hotel, dejar las maletas y partir a la presentación", en un recorrido raudo que luego le dará una ventana de 24 horas hasta la siguiente actividad: La presentación de Los Fabulosos Cadillacs en La Florida.
-Imagino que lo de este viernes estará orientado a los clásicos, ¿verdad?
-Tenemos la suerte de tener varios discos editados, y va por ahí. Es el gusto nuestro de tocar y elegir para la gente y para nosotros. Porque creo que un artista se debe a su público, pero no hay nada más lindo que el público también entienda que a un artista primero le debe gustar lo que hace, su lista. Pero será un repertorio que abarca desde el primer disco hasta el último.
-Ustedes han dicho que son Cadillacs todos los días de sus vidas, pero desde afuera es inevitable ver un régimen de idas y vueltas. ¿Cómo lo están viviendo esta vez?
-Hay algo en los Cadillacs que va por un lado muy institucional o pauteado, que es bajo pedidos, pero siempre nos piden shows, y nosotros los bajamos cuando lo decidimos. Pero también hay algo que va fluyendo. Ha habido pedidos todo el tiempo, afortunadamente, pero después pasa un año o dos en que sentimos que podemos parar. El ritmo se nos impone así de una manera muy fluida, todos tenemos nuestros proyectos paralelos, pero lo consideramos parte del "Universo Cadillac", porque como dice mi hermano Vicentico, somos Cadillacs todo el tiempo. Nos resistimos a desarmar la banda, porque lo pasamos tan bien juntos. Estas semanas de ensayos han sido una alegría, un jolgorio. Encontramos la forma de darle un timming a la banda que es estando. Tocaremos sucesivos shows durante un tiempo, y luego vendrá un período largo hacia otros. Nos gusta eso, duplicamos la apuesta creativa y no dejamos de lado ninguna de las otras cosas. No es que nos juntemos y nos separemos. La única diferencia es que antes tocamos 17 años sin parar.
-¿Y en esa lógica habrá espacio para nuevos discos?
-Es obligación y menester en los Cadillacs sacar nuevos discos. Yo no concebía una vuelta sin temas nuevos, y lo vieron en La luz del ritmo. Ahora es lo mismo, y te puedo decir que casi estrenamos un tema nuevo en Santiago, porque ya en la intimidad del ensayo hay canciones que serán grabadas en el futuro inmediato. En cualquier momento van a tener noticias, ya hay un demo dando vuelta entre nosotros. Hay que ver cómo lo entregamos: Quizá una edición limitada en un vinilito, y luego que a la gente que no le interesa el acetato lo pueda bajar por internet.
-Después del concierto de los Cadillacs en La Florida, estarás en el trasnoche del Subterráneo. Seguramente te toparás con un público en ánimo de fiesta...
-Sí, estaré allí con mi banda solista. Hace como un año saqué un disco que se llama Nueva Ola, y de alguna manera acabo de concluir el proceso de este disco con un cuarto video ("Dagas doradas"). Así es que continuaremos la fiesta allí para quien guste. Mi proyecto es de un show muy intenso, pero para lugares más pequeños. Es tendiente al punk rock, muy adrenalínico.