El británico Martin Freeman se luce en el papel de Bilbo, personaje al que transforma en una fuente de sarcasmo y humor flemático.
AFPNUEVA YORK.- La esperada precuela de "El señor de los anillos", la recién terminada "El Hobbit: una aventura inesperada", ya está lista para llegar a los cines del mundo, y también a los de Chile: El próximo jueves 13 de diciembre es la fecha en la que se estrenará en nuestro país la cinta anclada en el universo Tolkien, pero en una noche de Nueva York esta semana, fuimos pocos los medios del mundo que tuvimos el privilegio de verla.
Esta nueva apuesta del director Peter Jackson comienza con personajes y actores conocidos por la trilogía que él mismo creó para al cine hace más de una década. Nuevamente basada en una novela de J.R.R. Tolkien, esta precuela que se sitúa 60 años antes de los eventos que vimos en la saga de "El señor de los anillos", tiene a los hobbits, el anciano Bilbo (Ian Holm) y su joven sobrino Frodo (Elijah Wood) en un pasaje de los eventos de la primera trilogía.
La voz en off de Bilbo cuenta que hay historias que su sobrino Frodo no conoce, mientras lo vemos escribir sus memorias, cuando se apresta a celebrar su cumpleaños. Esta escena es la que usa Peter Jackson para empalmar con el pasado, hace más de medio siglo en la Tierra Media, en la Comarca, cuando Bilbo Bolsón, un joven hobbit y ahora a cargo del genial actor británico Martin Freeman, es convocado por el mago Gandalf (Ian McKellen) para una misión crucial: Ayudar al rey enano Thorin (Richard Armitage) a recuperar su reino, asolado por un dragón.
En cierta manera menos oscura que la saga anterior de Jackson, esta primera parte de la nueva trilogía del director se trata de una historia con el estilo y marca del autor de "King Kong". Su mirada es la del que regresa a casa, porque trata con cuidado y cariño a los personajes conocidos, pero a la vez dota de un humor y comedia agradable a la nueva generación de habitantes.
De este modo, Bilbo —bajo administración de Martin Freeman— es una fuente de sarcasmo y un flemático humor, mientras que los enanos que acompañan al monarca depuesto son, por otra parte, fuente de bromas más físicas y chistes visuales, tal como pasaba en las primeras cintas de Peter Jackson ("Mal gusto", "Meet the Febbles", "Braindead"), que no se comprenden sin un uso de la comedia entrecruzada con el drama y las situaciones extremas.
Con una nueva tecnología que captura la frecuencia de 48 imágenes por segundo, más un uso del 3D realmente excepcional, esta precuela es una sucesión de acción trepidante, que fusiona como pocos productos la estética hiperrealista y la de los juegos de video.
Con casi tres horas de duración, esta película es distinta en tono y forma a la saga anterior: Se trata de un Jackson más preocupado de la acción y la entretención —hay notables secuencias de acción y nuevos rivales a quienes vencer, más una carismática presencia de Gollum— que de los tormentos interiores de los personajes.
"El Hobbit: Una aventura inesperada" es una experiencia envolvente, que logra hacernos entrar, vivir y ensanchar el mundo de la Tierra Tolkien ya no sólo bajo la rúbrica del escritor británico, sino además bajo la firma y sello de Peter Jackson, hasta ahora, el mejor guardián de su legado.