SANTIAGO.- A comienzos del siglo XIX, los habitantes cercanos a Isla Mocha vivían atemorizados por un gigantesco cachalote albino, al que llamaban Mocha Dick. Incluso se dice que esta enorme bestia sobrevivió al menos a un centenar de intentos de captura antes de morir, y que sirvió de inspiración para "Moby Dick" (1851), la clásica novela de Herman Melville.
Ahora, basándose en estos relatos, el periodista, editor y escritor Francisco Ortega ("1899", "El horror de Berkoff") junto al arquitecto, dibujante y guionista Gonzalo Martínez ("Road Story", "Quique Hache") dieron vida a "Mocha Dick: la leyenda de la Ballena Blanca" (Norma, $8.900), novela gráfica protagonizada por Caleb Hienam, un adolescente de 15 años que realiza su primer viaje para aprender el oficio familiar y descubre la existencia del enorme cetáceo.
-"Mocha Dick" es un proyecto que te tomó varios años...
-Francisco Ortega: Fueron dos años, pero en realidad es un proyecto de toda una vida. Enterarse a los 8 años de que el monstruo marino más importante de la literatura universal es chileno, es un gatillante que te golpea firme. Me embarqué en una obsesión por saber más al respecto, algo complicado en una era "pre internet". Fue largo. Desde encontrar datos y relatos de la época, relacionados directamente con Mocha Dick y el hundimiento del Essex, hasta tratados de zoología de esos años, trabajos costumbristas, ropas, terminología naviera, la Biblia, etc. Una de las primeras cosas que busqué en internet fue el relato sobre Mocha Dick de Jeremiah Reynolds. Clave resultó el libro "Leviatán", de Philip Hoare, y "Los cazadores de Mocha Dick", un espléndido ensayo publicado por Pehuén, escrito por Armando Cartes Montero, que incluye una traducción del relato de Reynolds.
-¿Y por qué tanta obsesión?
-F.O: Porque es folklore y al mismo tiempo un episodio desconocido de nuestra historia que merece y debe ser rescatado y masificado. Moby Dick es chilena, no es un dicho chauvinista, es patrimonial. Que la Ballena Blanca no sea tan conocida como el Caleuche, por ejemplo, me parece una tremenda injusticia.
-¿Cómo fue la experiencia de trabajar en "Mocha Dick"?
-Gonzalo Martínez: Trabajar con Francisco siempre es entretenido y la creación fluye con naturalidad. Eso es importante para mí. Cuando uno hace una novela gráfica en equipo, no es que el guionista le diga al dibujante "mira, tengo este guión, dibújalo", o que el dibujante le diga al guionista "tengo ganas de hablar de estos y estos temas, hazme un guión", sino que hay un trabajo grande y previo de descubrir los territorios en común y desde ahí construir una historia. Cuando hay una amistad forjada a partir de esos "territorios comunes", la cosa fluye y la creación se desarrolla armónicamente. Creo, o espero, que eso se nota en "Mocha Dick".
-¿Y cuál fue el mayor desafío al ilustrar esta novela gráfica?
-G.M.: Pienso que con "Mocha Dick", junto a Francisco, me pasó lo mismo que con "Road Story" (con Alberto Fuguet). Hay un vuelco en mi manera de aproximarme a la narración gráfica. Exploré cosas que no había explorado antes y me metí en las patas de los caballos, narrativamente hablando, resolviendo cosas que no sabía previamente cómo las iba a resolver. La idea no era contar una anécdota con más o menos acción, efectos especiales y ambientación de época, sino transmitir un estado de ánimo, un sentido de épica unido a una gran emotividad, sencilla y personal. No fue fácil. Pero estamos felices con el resultado.
-Francisco, ¿qué otro gran mito chileno te interesaría explorar?
-F.O.: Uf... muchos... La búsqueda de la Ciudad de los Césares, la misma obsesión de Reynolds por las entradas al "centro hueco" de la Tierra, los jesuitas cazadores de meteoros del siglo XIX, el relato de la serpiente voladora de Copiapó. Más que mitos, me interesa el Chile fantástico. Y también personajes como el Corregidor Zañartu y todo lo referente a la Logia Lautarina.
-Primero fue "1899" y ahora "Mocha Dick". ¿Tienes algún nuevo proyecto en mente?
-F.O.: De partida "1959", que es la continuación de "1899", para lo cual dependo de que Nelson Daniel se haga un espacio en su exitosa agenda internacional. Eso en novela gráfica. Y en novela tradicional, "La Cuarta Carabela", que es un thriller policial con ingredientes "conspiranoicos" y sobrenaturales acerca de la Logia Lautarina y el misterio de la llamada Cuarta Carabela de Colón, buque que se perdió en 1492 y que habría llegado a la Patagonia.
-¿Y cuáles son los planes de Gonzalo Martínez?
-G.M.: La mayor parte de mi producción la realizo para el extranjero, aunque siempre trato de publicar al menos un libro al año en Chile. Hablar desde mi cultura es mi manera de recargarme las pilas creativas. Ahora estoy terminando un libro que hice paralelamente con "Mocha Dick". Se llama "The Darwin Faeries", escrita por los neozelandeses Bill Geradts y Richard Fairgray y coloreado por Juan Moraga. Es una comedia de corte fantástico, con mucho sentido del absurdo. Luego de eso continuaré con otro libro llamado "The Time Travelling Tourist" y posteriormente me espera "The War of the Darwin Faeries", con el mismo equipo y en la misma línea. (También) tengo un proyecto listo para partir junto a Alfredo Rodríguez ("Siento y miento") y espero seguir haciendo libros con Francisco Ortega; que nos reencontremos en algún territorio creativo en común.