BEIJING.- Un destacado intelectual chino, el abogado y disidente Teng Biao, señaló esta semana que las autoridades del país asiático ocultan desde hace más de un año la muerte de Nurmemet Yasin, quien, según el activista, murió en 2011 de una paliza en la cárcel.
Tras esta denuncia, Amnistía Internacional (AI) pidió a Beijing que facilite información sobre Yasin, quien en 2005 fue visitado en la cárcel por el entonces relator de las Naciones Unidas para la Tortura, Manfred Nowak, a quien contó que sufría malos tratos.
"Si se confirma, la muerte de este joven escritor en prisión es una vergonzosa muestra de la noción de justicia de China", señaló en un comunicado la subdirectora de AI para Asia-Pacífico, Catherine Baber.
La Asociación de Uigures Americanos (UAA) también expresó en una misiva su preocupación por la posible muerte del escritor, miembro honorario de la organización internacional de escritores PEN y cuyos escritos, principalmente poemas, son utilizados en libros de texto del idioma uigur, cultura nativa de Asia.
Yasin fue detenido en 2004 y condenado en 2005 a 10 años de prisión por un escrito de ficción titulado "El palomo salvaje" sobre un pájaro que se suicidaba tras ser capturado por humanos (los tribunales lo interpretaron como una alegoría crítica al régimen comunista).
"La sentencia de un escritor inocente a 10 años de prisión por nada más que sus escritos muestra claramente la falta de libre expresión y protección ilegal de los uigures en China", señaló la UAA, con sede en Estados Unidos.
Los uigures son una etnia de religión musulmana, ligada a los pueblos de Asia Central, que habita en la región de Xinjiang, en el extremo noroccidental de China.
En julio de 2009, los peores enfrentamientos en décadas entre uigures y chinos de la mayoría étnica causaron más de 200 muertos en la capital regional, Urumqi.
El Gobierno chino defiende que en Xinjiang actúan varios grupos terroristas uigures que reivindican la independencia de la región, mientras que grupos de esa etnia en el exilio aseguran que Pekín utiliza ese argumento como excusa para reprimir su cultura y religión.
Otro conocido escritor chino, Liu Xiaobo, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2010, está encarcelado desde 2009 por haber reclamado junto a otros intelectuales la democratización del país, algo que la Justicia china interpretó como "subversión contra el poder del Estado".