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La sostenida carrera que convirtió a "No" en la primera película chilena nominada a un Oscar

La producción de Pablo Larraín marca un precedente histórico en el cine nacional, al llevarlo por primera vez a las grandes ligas de Hollywood.

10 de Enero de 2013 | 18:17 | Emol

SANTIAGO.- Hasta hoy, la postulación de Chile a los premios de La Academia era una especie de acto protocolar. Un ritual que año a año se realizaba por rutina, con posibilidades de pasar los primeros cortes de selección, pero sin reales esperanzas de ser parte de la quina final de candidatas.


El constante rechazo de la institución hollywoodense a las producciones chilenas hoy tuvo su fin, con la nominación de "No" a los Oscar. La película de Pablo Larraín recorrió un largo camino para llegar a esta instancia, siendo su punto de partida el Festival de Cine de Cannes 2012.


El prestigioso certamen francés fue el primero que exhibió y acogió al filme protagonizado por Gael García Bernal, cediéndole el premio Art Cinema Award, uno de los más prestigiosos trofeos del encuentro.


El reconocimiento, cedido por la Confédération Internationale des Cinémas d’Art et d’Essai (CICAE), significó para Pablo Larraín una ayuda monetaria y comercial para la difusión de la película a nivel mundial.


Este logro permitió que los ojos de los medios más prestigiosos de la industria se posaran en Larraín, y que la crítica consensuara que el filme era uno de los mejores estrenos latinoamericanos del año.

La revista Variety, por ejemplo, indicó en mayo pasado que la cinta  "completa satisfactoriamente la trilogía" de Larraín vinculada con el regimen militar (tras "Tony Manero y Post Mortem"). "Tensa todo el tiempo, incluso para audiencias ávidas de historia, pero rica en el tipo de humor negro andino que hizo los trabajos previos de Larraín inconfundibles", publicó el prestigioso medio.

Esta postura luego fue respaldada por trofeos en los festivales de La Habana y Sao Paulo, y por ser considerada una de las cinco mejores películas en lengua extranjera de la National Board Review, una prestigiosa institución estadounidense que aglomera a cineastas y académicos.


Los elogios a la actuación de García, al guión de Pedro Peirano y a la dirección de Pablo Larraín, abrieron inmediatamente las puertas de otros festivales. Hamburgo, Londres, Oslo y Tokio aplaudieron la historia de René Saavedra, el publicista sin ambiciones políticas que se hace cargo de la propaganda del No.


Aunque la temática de la dictadura de Pinochet es un tema recurrente del cine local, La Academia no se había decidido por ninguna de las cartas que Chile había presentado antes (como "Machuca", de Andrés Wood, y "Dawson: Isla 10", de Miguel Littin), posiblemente porque no tenían los tintes dramáticos que suelen agradar a los jurados del Oscar en producciones basadas en hechos históricos.


"No" conquistó a los especialistas tanto por sus aspectos técnicos (fue rodada con cámaras de la época), como por el hecho de relatar una historia real que, a nivel internacional, es poco conocida. Y es que antes de esta cinta, poco se sabía en Europa y Norteamérica del himno "Chile la alegría ya viene".


La deuda que tenía el cine chileno comienza hoy a ser pagada, aún cuando no logre vencer a las candidatas de los otros países, especialmente "Amour", del alemán Michael Hanake, la que es, hasta ahora, la favorita en esta categoría.

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