Así quedó el mural del siglo XIX ubicado al interior de un santuario de Borja.
EFEZARAGOZA.- Cecilia Giménez, la mujer que el año pasado se hizo famosa por su fallida restauración del eccehomo de Borja, reveló que el incidente le provocó una intensa crisis nerviosa.
"Al principio estuve muy malita; se me vino todo encima; veía las cámaras y me asustaba, y eso hizo que perdiera 6 kilogramos de peso y que no parara de llorar", indicó a la prensa antes de participar en una mesa redonda.
La anciana subrayó, una vez más, que antes de llevar a cabo la polémica restauración ya había actuado "muchísimas veces" con sus pinceles sobre la pintura para evitar su deterioro.
En la última ocasión que lo hizo, el mal estado del muro- debido a la presencia de salitre- impidió que la pintura quedara fijada sobre la pared, por lo que optó por cubrirla con una capa más espesa para actuar más tarde sobre la imagen.
No le dio tiempo ya que la revelación de la noticia en una página web del municipio y su salto escalonado a la prensa regional, nacional e internacional convirtieron a la imagen, con el empuje de las redes sociales, en un icono pictórico con personalidad propia.
Admite, además, que cuando vuelve a mirar su creación, superada ya la ansiedad que le sobrevino con la difusión internacional de la noticia, "hay momentos en que me dice algo" a pesar de no estar terminada su "restauración".
Giménez asegura que no piensa cambiar su vida junto a su hijo, en la casa que habita en Borja, a donde han llegado miles de cartas de todo el mundo.
"No soy una gran pintora", indica la anciana "ni es mi profesión, la que es ser ama de casa, pero me gusta mucho pintar", afirma.