Jeremy Irons junto a la actriz alemana Martina Gedeck, el director danés Bille August, la actriz francesa Melanie Laurent, y el actor británico Jack Huston.
EFEBERLÍN.- La adaptación cinematográfica del libro "Tren nocturno a Lisboa" era una de las producciones que se esperaban con expectativas en la Berlinale, pero la cinta protagonizada por Jeremy Irons y dirigida por Bille August ("La casa de los espíritus") decepcionó tras su estreno.
La novela del suizo Pascal Mercier, publicada en el año 2004, es un bestseller internacional. La historia gira en torno al viaje iniciático de un profesor de latín cuya vida cambia por completo gracias a un encuentro fortuito con una enigmática mujer.
"Cuando leí la novela tuve una sensación especial, como una especie de misterio que fue lo que intentamos atrapar en esta película", contó el director. "Me encantan las historias en que desde el minuto uno la vida de alguien pega un vuelco y empieza de cero."
Eso es lo que le sucede a Raimund Gregorius (Irons) cuando cae en sus manos un libro del médico portugués Amadeu de Prado, a quien da vida el sobrino de Anjelica Huston, Jack Huston. Guiado por la curiosidad y la identificación personal, viaja a la capital portuguesa, donde poco a poco irá reconstruyendo la vida de este hombre brillante marcada por la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar.
Había mucha expectación, sobre todo entre la crítica germanoparlante, por cómo el dos veces ganador de la Palma de Oro en Cannes trasladaría a la gran pantalla el espíritu filosófico del libro. Pero a su llegada a la rueda de prensa, se escuchó también algún abucheo entre los aplausos. Y es que en "Tren nocturno a Lisboa" recuerda un poco a lo que le sucedió con "La casa de los espírutus".
Aunque Irons convence encarnando al melancólico profesor, a la cinta le falta emoción. Tampoco ayuda que el reparto internacional -con la francesa Mélanie Laurent, los alemanes Bruno Ganz y Martina Gedeck y la británica Charlotte Rampling- hable en un artificial inglés con acento portugués.