El equipo de ''No'' desfilará por la Alfombra Roja pasadas las nueve de la noche del domingo.
Reuters
LOS ANGELES.- La
ceremonia de los Oscar no sólo es la premiación más importante de la industria cinematográfica de Hollywood. También es el evento en que las figuras del cine pueden destacarse como iconos de moda o, por el contrario, desastres en el mundo del diseño.
Cada año docenas de críticos evalúan en detalle lo que cada artista vistió, los accesorios que portó y hasta el modo en que caminó y posó. Pese a la superficialidad de estos análisis, y a que muchos intérpretes no anhelan ser emblemas de la moda, la gran parte se esmera por brillar (o al menos por pasar desapercibidos para no ser destrozados por las afiladas opiniones de los especialistas).
Los chilenos no estarán exentos de la evaluación de los diseñadores. También tendrán que detenerse ante los flashes de la alfombra roja del Teatro Dolby. En el evento, el director Pablo Larraín vestirá un smoking tradicional de corte Madison en color negro. Las terminaciones del traje fueron afinadas a mano el pasado viernes 15 de febrero. Ese mismo día se aprobó el largo de los pantalones y las medidas de la camisa, que es blanca y será adornada por colleras. El realizador lucirá una humita color negro.
Por otra parte, la actriz del filme y esposa del cineasta, Antonia Zegers, desfilará por la pasarela del Paseo de la Fama de Hollywood con un vestido de seda Ralph Lauren, de color verde. El modelo fue escogido con ayuda del diseñador Pablo Gálvez. Como accesorios utilizará pulseras y aros de oro de 22 quilates, los cuales fueron elaborados por la orfebre Ilonka Palocz.
El guionista Pedro Peirano portará uno de los vestuarios más elaborados de la delegación chilena. El co-creador de "31 minutos" pasará por la alfombra roja con un diseño de Brooks Brothers, acompañado de colleras inspiradas en una moneda de 5 centavos que circuló en Estados Unidos entre los años 1913 y 1938, conocida como Buffalo Nickel Coin, o Indian Head Nickel. Ésta muestra a un piel roja americano, acompañado de la leyenda "liberty".
Los chilenos llegarán a la ceremonia pasadas las nueve de la noche del domingo. Tras la entrega de los premios, Larraín y compañía podrían trasladarse a alguna de las fiestas que cada año se ofrecen tras la gala, siendo la más emblemática la de la revista Vanity Fair.
