La estrecha apuesta de Chino & Nacho se llevó raspando las antorchas

VIÑA DEL MAR.- Tienen nombre de viejos compañeros de colegio, y en su paso por Viña demostraron que ese carácter común no está ajeno a lo que Chino & Nacho realmente representan: El dúo de origen venezolano llegó a Viña a ocupar el mismo lugar en el que anteriormente se ubicaron decenas de exponentes cortados por similar tijera, varios de ellos olvidados.

De Sandy & Papo a Pitbull, de Los Cantantes a Prince Royce, la dupla de hoy tampoco asomaba con demasiados más méritos que un par de pegadoras canciones de temporada. Y a ellas echaron mano.

Así, en cerca de media hora ya habían sonado "Tu angelito" y "Mi niña bonita", además de la insulsa "La vida es bella" y hasta un cover chileno ("Felicidad", de Gondwana).

Casi todas piezas en claves de merengue, que es la forma en que Jesús Miranda y Miguel Mendoza decidieron interpretar esa extensiva categoría a la que hoy la industria llama "música urbana". Suena a apuesta segura, pero algo pasaba, y el despegue en la Quinta Vergara no lograba concretarse.

Entraron los animadores, señal infalible de que es hora de pedir premios, pero no hubo ni atisbos de ello en el público. Entonces los venezolanos sacaron su carta bajo la manga, su jugada maestra, ésa que no podría fallar de ninguna manera: Una canción sorpresa dedicada al público local, más encima llamada "Que viva Chile".

El tema tiene todo lo que encantaría en campañas como la Teletón o en las previas de la Selección Chilena de Fútbol, pero el efecto aquí estuvo lejos de esa idea, y sólo un nuevo ingreso de los animadores con real cara de despedida terminó con antorchas de plata y oro para el dúo, tras la interpretación de "El poeta".

No más de cinco mil personas se quedaron en las galerías para ver la despedida de Chino & Nacho del escenario, punto final a un paso que en apenas días será olvidado y que en el historial festivalero no pasará de la anécdota.