LUN
NUEVA YORK.- Escribir su primera obra musical fue como viajar en el tiempo para Cyndi Lauper. Mientras la cantante y compositora ganadora del Grammy comenzaba a trabajar en la exuberante "Kinky Boots", pudo transportarse a sus días de infancia, en los que oía grabaciones de musicales sin parar en un reproductor.
Tenía los discos de "There's No Business Like Show Business" y "My Fair Lady". Y también el de "South Pacific", por supuesto. Recuerda a su abuela bajar a apagarle "The King and I" tras escucharlo demasiadas veces.
"Mi madre dijo que era una niña un poco rara", confiesa Lauper, de 59 años. "Pasaba mucho tiempo sola pero no me sentía sola. Cuando cantaba con esos discos me convertía en Julie Andrews y allí estaba Rex Harrison sentado en la cama de mi madre. Era Mitzi Gaynor. Era Ezio Pinza. Creo que también tenía a Mary Martin. Y yo era todas ellas. Lo hacía súper bien hasta que se ponían a cantar duetos", agrega.
Sentada entre bambalinas en el Teatro Al Hirschfeld, esperando para ver otra presentación preliminar de su estreno como letrista y compositora de Broadway con 15 canciones, Lauper se muestra tanto nerviosa como humilde. La pequeña niña que oía compulsivamente música teatral ahora presenta la suya propia. "Es lo más cercano a tener 5 años", dice.
"Kinky Boots", que se estrena el 4 de abril, se basa en una película británica del 2005 sobre una fábrica de zapatos al borde de la quiebra que se comienza a hacer calzados fetichistas para transformistas.
La versión musical cuenta con una historia adaptada de Harvey Fierstein, dirección y coreografía de Jerry Mitchell y supervisión musical de Stephen Oremus.
"Sigo diciendo lo afortunada que soy de que lo primero que hago en Broadway tiene a Harvey y Jerry y Steven Oremus, ¡todos ganadores del Tony!", dice Lauper. "íIncreíble!".
Esta no es la primera vez que la cantante de "Girls Just Want to Have Fun" es invitada a componer música para teatro. Pero esta vez su viejo amigo Fierstein, autor de los libretos de "La Cage aux Folles" y "Newsies", la convenció.
Su nueva historia ayudó: Fierstein ha sonsacado la amistad entre el propietario heterosexual de la fábrica y el travesti que la salva sugiriendo el cambio de producto, y ambos se unen contra las voluntades de sus duros padres.
El espectáculo acoge la aceptación y la tolerancia, ideas que Lauper siempre ha apoyado. Su Fundación True Colors trabaja por el fin de una juventud gay, lesbiana, bisexual y transgénero sin hogar.
"Es sobre gente que supera sus diferencias por un bien mayor, claro que esto iba a hablar a mí ", dice riendo. "¿A quién más le iba a hablar?".
Lauper y Fierstein han desarrollado en chiste una relación de mentor-aprendiz inspirada en el clásico del cine "Mamita querida" ("Mommie Dearest"). Fierstein la llama "Tina" y firma sus notas como "Mamita".
Fierstein dice que convertir a una compositora pop en una de Broadway no fue fácil pero que Lauper tuvo buena disposición. Necesitaba canciones que propulsen la acción en lugar de exponer un tema. También tuvo que enseñarle que una canción puede ser buena y no necesariamente encajar en el espacio requerido.
"Cuanto más talentosa la persona, más fácil trabajar con ella", dijo. "(Lauper) está acostumbrada a pelear. Así que para ella lo más difícil creo que fue decir, 'Ah, no están peleando conmigo, me están ayudando"'.