Thomas Selldorff junto a la historiadora de arte austriaca Sophie Lillie, quien lo ayudó a identificar pinturas que pertenecieron a su abuelo.
AP
PARIS.- La última vez que Tom Selldorff vio la valiosa colección de arte de su abuelo fue cuando tenía seis años en la Viena de la década de 1930, antes de que cayera en manos de los nazis.
Ahora tiene 84 años, y el martes en una ceremonia de restitución en París, Selldorff recibió finalmente una parte de la memoria de su difunto abuelo. Francia devolvió seis de las obras maestras que pertenecían a su familia.
La restitución de las piezas, incluyendo pinturas de Alessandro Longhi y Sebastiano Ricci, es parte de la iniciativa francesa para devolver cientos de obras de arte despojadas a sus propietarios judíos durante la guerra, las cuales aún están en el Louvre y otros museos reconocidos. La medida es la culminación de una larga lucha de Selldorff, cuyo reclamo fue validado por el gobierno francés el año pasado tras años de investigar el destino de las piezas.
"Me siento extremadamente agradecido y muy conmovido", dijo Selldorff, quien admiraba los oleos, colocados en una exhibición temporal en el ministerio de cultura de Francia, por primera vez desde que era un niño. "Estas pinturas quedaron en la niebla de la guerra. La restitución no fue sencilla. Se necesitó mucho tiempo".
Las piezas fueron robadas o vendidas bajo coerción hace unos setenta años, cuando el industrial judío y coleccionista de arte Richard Neumann huyó con su familia de la Europa ocupada por los nazis.
No está claro a quién se las vendió Neumann ni el camino que siguieron hasta aparecer en los museos franceses, pero llegaron al Louvre, el Museo de Arte Moderno de Saint-Etienne, el Museo de Bellas Artes de Agen y el Museo de Bellas Artes de Tours.
"Tras perder la mayoría de los bienes de su familia y gran parte de su colección en Austria en 1938, llegó a París donde estuvo por varios años y después tuvo que huir nuevamente, en esa ocasión con mi abuela y a pie sobre los Pirineos rumbo a España y luego a Cuba", dijo.
Las seis pinturas que se quedaron en Europa estuvieron expuestas en la galería de arte que Adolfo Hitler quería construir en su natal Linz, Austria, de acuerdo con un catálogo planeado para el museo.
"Sólo desearía que mi abuelo estuviera aquí para que pudiera ser parte de todo esto, pero estoy seguro de que está viéndonos desde allá arriba, así que está bien", agregó Selldorff, quien es ciudadano estadounidense y viajó desde Boston para la ceremonia.
Al final de la guerra, con la muerte de Hitler y la reconstrucción de las ciudades europeas, las obras "no fueron reclamadas" y miles, que se pensaba eran de propiedad francesa, terminaron en los principales museos del país. Muchos de los 100 mil bienes robados, saqueados o apropiados entre 1940-44 en Francia han sido devueltos a familias judías, pero según las autoridades francesas unas dos mil obras continúan en instituciones estatales.
"Recuerdo la casa (en Viena) muy bien, recuerdo que había habitaciones obscuras con estas pinturas colgadas", dijo Selldorff quien agregó que su abuelo también abría su colección al público austriaco.
"Espero que alguna parte del legado vaya en préstamo a museos y se exponga para que otras personas además de nuestra familia puedan apreciarlas", agregó.
Selldorff considera que ahora podrá legar parte de la historia perdida de su abuelo a sus tres hijos y cinco nietos. "Lo que quiero dejarles es su amor por el arte", expresó. "Es lo que nos hace humanos".