Se tomó siete años en presentar un disco de larga duración, pero en medio no perdió el tiempo. La cantante chilena Paula Barouh estrena su álbum Barouh y aquí habla con igual propiedad de su música y de su entorno. "La industra musical chilena hoy está liderada por mujeres", dice.
Si las palabras "música independiente" en Chile han tenido un significado cada vez más disperso en los últimos años, Paula Barouh viene a agregar un par de aproximaciones propias a esa idea. Independiente primero de las tendencias musicales en boga, esta cantante nacida en Concepción ha seguido un instinto personal que la ha llevado por el rock, el borde del metal, la música industrial, el hardcore digital, las bases electrónicas y el pop hasta llegar a su primer disco, donde es posible oir varias de esas vetas.
Y Barouh, el disco, es otra muestra de cómo es independiente Barouh, la cantante: independiente de las tendencias en la manera de difundir la música. En 2007 se inició en la modalidad de lanzar singles y videoclips, a fines de una década en la que la mayoría de los músicos aún seguía produciendo discos de larga duración. Y hoy, cuando Internet privilegia cada vez más la lógica de las canciones individuales por sobre los discos completos, Barouh lleva la contra y acaba de estrenarse en tamaño long play.
Algo tiene que ver con eso la carátula de Barouh, diseño del artista Claudio Bergamín que remite a Phoenix, uno de los personajes del cómic X-Men, según explica la cantante. "Es una visión medio futurista y fantástica de una mujer que visualiza cosas y las materializa con la mente. Eso quería reflejar con la portada porque así somos todos. Uno piensa tanto en algo que al final lo termina concretando".
-¿Eso se aplica al disco? -Absolutamente. Esto data del 2007, mira todos los años que pasaron para sacar un disco. Al principio era porque no me interesaba tanto sacar un disco físico, me atraía más la idea de los singles. Y con los años lo hice como una carta de presentación, no con un fin de lucro ni como un capricho, sino para tener una compilación de cosas que mostrar. Es un fin absolutamente pragmático.
-¿Los singles no servían como "cartas de presentación"? -Sabes que me pasó que muchos medios no me pescaban mucho con los singles. Año 2008, llevaba singles a radios y sitios web: "Ah, pero cuando tengas el disco", me decían.
-¿Te hace pensar en cierto fetichismo por el disco que cinco años después ahora no existe tanto? -En ese tiempo los singles y las descargas no estaba tan presentes. Hoy el disco físico quizás ya no tiene mucha importancia, llegué con el disco a varias partes y como que me quedé desfasada en el tiempo con mi formato. O adelantada o atrasada.
-¿Y está sólo en CD? ¿Ni siquiera descargable? -No, no es descargable. Me fui al extremo -se ríe-. Pero es algo que quería hacer. Por lo mismo, recibí tanta información de que tenía que sacar un disco que decidí sacarlo así.
Sucio, saturado y con esta base medio frenética: sonidos previos
Algunas de las influencias declaradas de Barouh van desde la banda metalera holandesa The Gathering y el electro punk de los alemanes Atari Teenage Riot hasta el rock de vieja escuela y la música industrial, tal como se advierten en alguna medida en las canciones de su historia previa al disco nuevo.
Algunas de ellas, en orden de aparición, son "Lo que hice" (2005), compuesta junto a Coke Cumplido, integrante de la banda metalera Huinca; "Convulsion" (2007), su primer videoclip, producida con José Tomás Palma e incluida en el compilado de música oscura e industrial Dark people volumen I (2007); "Despierto" (2008), grabada con el guitarrista y productor Gerhard Wolleter, integrante de grupos como Dracma y Boa; y "Al final", de su segundo videoclip, grabada con Javier Bassino, productor e integrante del grupo Fahrenheit.
Ahora Barouh, el disco, completa ese recorrido con la producción del músico David Santander. La misma "Al final" fue la primera canción promocional, seguida por "Premeditadamente" como segundo single. La cantante se remonta además hasta "Frío", la primera canción que escribió, hacia 2004, en incluye "Tiempo", otra de las producciones hechas con José Tomás Palma en paralelo al single "Convulsion" en 2007. Ni la propia "Convulsion" ni otras composiciones con Wolleter como "En paz", "Entra" ni "Despierto" quedaron en el disco, pero sí se oye "Lo que hice", esa canción de 2005.
-Tuvo más de quince versiones desde que se hizo hasta hoy -sonríe la autora-. Y ahora di con una que creo que es la definitiva.
-"Lo que hice" es una balada medio romanticona pero dark: eso dijiste en 2008. ¿Sigue siendo eso? -Absolutamente. Ni siquiera las quince versiones lograron cambiarla. Gente que la escucha me dice que le recuerda a Evanescence. Yo digo que es una balada romántica oscura, de sentimientos melancólicos que evocan momentos de mucha carga emocional.
-Con canciones de momentos tan distintos ¿el disco quedó así de heterogéneo también? -El miedo mayor que tuve con este disco era que no hubiese conexión entre un tema y el otro, porque son estilos tan distintos dentro de esto que puede ser el rock pop electrónico. Pero no ha sido un problema, no parece tan abismante tener un tema pop, una balada media dark entremedio y un tema más metalerito al final.
-La balada sería "Lo que hice". ¿Cuál sería el tema pop? -"Sígueme", ponte tú, que es dance pop. Y el disco cierra con un blues electrónico, que es la única canción en inglés, "Too hard to love". "Muy difícil de amar", es la traducción. No tiene los doce compases propios del blues, pero sí los riff de guitarra, un poco el ritmo que caracteriza al blues y los sonidos de armónica. Es como un blues moderno, con algunas cosas de (el dúo inglés) Goldfrapp entremedio.
-¿Fuiste a ver a Goldfrapp cuando vinieron, en 2011? -Claro, ahí estaba, en primera fila. Me basé un poco en "Strict machine" (una de las canciones del segundo disco del dúo, Black cherry, de 2003). Ése fue como el norte. David (Santander, el productor) tuvo mucho que ver en esos arreglos y en la visión final. Yo tenía una versión en guitarra y voz nomás, media blusera, y se transformó en todas esta cosa electro.
Sonidos electrónicos, pop y blues son algunas de esas opciones sonoras en el disco de Barouh, a partir de su inclinación original por el rock. "Me gusta el rock, mi eje son bandas como Faith No More, Deftones, Diamanda Galas, Janis Joplin, Led Zeppelin. Partí a los diecisiete cantando en bandas de rock clásico. No escucho Nine Inch Nails, Marilyn Manson, Depeche Mode, no me influyeron directamente, aunque los encuentro excelentes".
-¿Tiene otro efecto el hecho de que te guste música tan diversa y que se note en el disco: cuesta encontrar un público? -Absolutamente, ha sido complejo insertarme en una escena y encontrar bandas afines o no tan afines. Mucha gente piensa que todavía hago música industrial. Como que esa chapa fue muy fuerte, aunque fue algo fortuito, porque la mezcla de ese tema ("Convulsion") quedó con un sonido sucio, saturado y con esta base drum 'n bass medio frenética. Y yo quería todo el rato parecerme a Atari Teenage Riot, que no es una banda industrial. Es más digital hardcore, punk electrónico.
-¿O sea es un doble problema? ¿Uno es darse a conocer a más gente, y otro es que la gente que te conoce puede tener una idea errada? -Exacto. Piensan que o hago metal o hago industrial.
-¿Y de tu fase industrial no quedó nada? -No. Ah, sí: hay algo, en "Ignoran", que parte un poco duro y oscuro pero tiene una pasada medio dubstep entre medio. Se revisitó completamente la canción, se rehizo. Quizás se podría relacionar con lo industrial, pero no cien por ciento. No me atrevería a darle esa connotación.
-¿Y la etapa de Atari Teenage Riot? ¿Superada también? -Está bastante superada. Hace años en la (discoteca) Blondie, en 2008, vi a la Hanin Elias (integrante original de esa banda), estuvimos conversando, carreteando, me dijo que le había gustado "Convulsion". Yo empecé queriendo hacer un tema como Atari Teenage Riot, salió esa canción, y que la misma cantante de ese grupo me dijera que le gustó fue un modo de cerrar un ciclo.
En contraste, Barouh tiene ahora un ejemplo fresco de la apertura mental de sus gustos musicales. "Ahora estoy pegada, nada que ver, con Bruno Mars", dice, a propósito del cantante hawaiano difundido por canciones pop como "Just the way you are" y "The lazy song". "Lo encuentro seco. Escucha el primer single del último disco, se llama 'Locked up in heaven': la intro es igual a The Police. Una copia descarada: sonido de guitarra, las voces. Y el coro se va para otro lado. Es un reciclado de muchas cosas. Claro, él tiene otro código eje, que es la música afroamericana. Yo tengo el código eje del rock con la electrónica, pero ambos en el fondo reciclamos cosas de mucha gente, entonces me sentí identificada. Y eso me lo da el hecho de no haber crecido haciendo música, ni haber estudiado música a los dieciocho años ni haber armado una banda en ese momento".
-¿No fue así? -No, eso se dio más tarde en mi vida. Y siento que también por eso no tengo prejuicios.
Pop, dark y rockera: los sonidos actuales
En orden cronológico, antes que música Paula Barouh es comunicadora audiovisual, la carrera que estudió además de los tres años de periodismo que cursó previos a trabajar en programas de radio y televisión entre 2003 y 2005. Y hasta ahora combina la música con su trabajo paralelo como profesora en el instituto Projazz.
La cantante cuenta justo con los dedos de una mano los conciertos que dio en 2012: cinco, en las salas SCD, el mismo instituto Projazz, el bar metalero Óxido y el lanzamiento de su disco, todos en la capital. Y en los años previos se destaca su show de apertura para el concierto benéfico que los mencionados The Gathering dieron en el capitalino Teatro Caupolicán el 11 de abril de 2010 tras el terremoto de ese año, ocasión que marcó además el debut en Chile de la cantante Silje Wergeland tras la partida de Anneke Van Giersbergen del grupo.
-¿Cómo lo pasaste esa vez? -Bueno, estaba un poco asustada al principio: llegas al estadio vacío y ves a la banda que más te influenció en la vida probando sonido y ahora los vas a telonear. Pero a la vez es como un sueño cumplido. Muchas canciones de ellos fueron emblemáticas en su momento. Es la conjunción de esa voz con esas canciones lo que funcionó con The Gathering.
-¿Te gusta lo que ha hecho Anneke Van Giersbergen después? -Ahora me gusta. En un principio no sintonizaba mucho con Agua de Annique (el nombre con que la cantante inició su trabajo como solista en 2007). Hoy encuentro de lujo sobre todo ese trabajo con (el productor) Devin Towsend: después de esa experiencia quedó más clever, aprendió más de producción musical y ha sacado unas cosas pop rock muy bien hechas. Ha logrado prevalecer en una escena netamente masculina y creo que sea va a perfilar en la historia como una de las voces más importantes del metal europeo. El rock y el metal han sido masculinos, la historia así lo ha contado y las excepciones han sido pocas, pero las mujeres han sido importantes.
Las mujeres y el rock son en particular los ejes de "El no de las niñas", el sitio web que Paula Barouh mantuvo entre 2005 y 2008 y gracias al cual se interiorizó en la historia del rock desde ese punto de vista de género. "Llegué a la figura de Big Mama Thornton", dice, por ejemplo: "una cantante negra de blues que fue el eje central del éxito tanto de Elvis Presley como de Janis Joplin. Ella hizo famosa 'Hound dog', que después tomó Elvis, y compuso "Ball 'n' chain", un blues que interpretó Janis Joplin en el festival de Monterey donde se dio a conocer. Entonces ves cómo mujeres, por debajo, han sido también el eje de muchas cosas dentro del rock, sólo que no han tenido la cara visible. La Wanda Jackson en el rock and roll: ella es la madre del rockabilly. No sé por qué nos desviamos al tema de las mujeres…"
-Por The Gathering. Pero está bueno, se conecta también con lo que hacías en "El no de las niñas". -Creo que esa página me dio una visión y la oportunidad de dar un mensaje igual que todas esas mujeres que traté de dar a conocer.
-¿Es más difícil ganar ese espacio tocando rock que música pop? -Sí, creo que es más fácil para una mujer hacer pop hoy en día, porque hay muchos íconos pop y muchas niñas que están saliendo con un formato pop, está claro. El tema de la mujer dentro del rock siempre es un poco más sesgado, pero ya no siento que sea tan complejo, porque hay muchos referentes actuales. De todos modos no por hacer rock pop ahora se me ha hecho más fácil. Tampoco es garantía.
-¿También notas una actitud diferente entre las mujeres y los hombres en el público? -Creo que las mujeres que van a ver a otra mujer cantar son mucho más exigentes que los hombres, porque se van a fijar en cómo está vestida, en el cuerpo, en si canta bien o si desafinó. Siento que las mujeres son mucho más incisivas.
-¿Y los hombres? -Si la mujer canta bien ellos se van a saltar el aspecto físico. Ahora, si la cantante no es regia y canta bien, a las mujeres les va a gustar, porque es más cercana, real, tangible, se acerca a lo que ellas pueden ser, ellas se ven reflejadas en su forma. No digo que yo piense así, pero las mujeres chilenas promedio buscan referentes más cercanos, más comunes.
-¿No hay sexismo de parte de los hombres entonces? -Exactamente, creo que la actitud ha cambiado. Quizás si me preguntas esto mismo hace diez años te hubiese contestado otra cosa, pero creo que hoy ese sexismo ya no es tema, que ya quedó atrás. De hecho si tú ves la industra musical chilena hoy está liderada por mujeres. ¿Quiénes son las que van a tocar a festivales afuera? Son mujeres: la Francisca Valenzuela, la Javiera Mena, luego serán la Camila Moreno, la Pascuala Ilabaca. Y desde que eso empezó a suceder, la visión de los hombres frente a la mujer que toca ya no es "Oh" (de asombro).
-Uno podría completar esa lista de mujeres que acabas de hacer con hombres como Gepe, Fernando Milagros, Manuel García: puede ser uno a uno. Pero ya esa paridad es interesante. -Sí. Que haya mujeres a la par con hombres en el mainstream (el negocio a gran escala) de la música chilena ya está diciendo que la cosa cambió.
-Eso en el mainstream. ¿Y en el underground cómo lo ves? -En el underground hay muchas figuras femeninas incipientes. Fakuta, que ya no es tan incipiente, las Vicky Bill, las Recoleta Soundtrack, Victoria Mus, Eva, La Monine, Entropika. Muchas.
-¿Y tú dónde estás? En el underground o en el mainstream? -No, no estoy en el mainstream pero ni por si acaso.
-¿Y tranquila? -Sí, porque he hecho lo que he querido y de la forma que he querido, y nadie me ha dicho qué hacer. Me siento con la libertad de hacer lo que musicalmente quiera. -Ahora tienes tu primer disco después de siete años de hacer música. ¿Aun así se siente como un punto de partida? -Es un punto de partida para seguir haciendo música. Quiero tocar más seguido, sin importar si es en un local chico o no, y tocar sola también, en un formato más reducido. Me planteé para este año o el otro hacer un proyecto completamente sola, que mezcle todos los estilos que no he podido hacer, el jazz, la bossa nova. Es ilógico tratar de ceñirse a algo. Es como lo decía la Violeta Parra: hagan con la métrica lo que se les ocurra. Es la libertad de no pensar si me van a aceptar en una radio. Saqué el disco más pop que yo, como persona medio dark y rockera, podía sacar, y no sonó en la radio. No tengo nada que perder.