Sanhueza en primer plano, liderando a la veintena de integrantes que forman la Conmoción. Después de un intento fallido, este sábado llevarán su fiesta a Lollapalooza.
El MercurioSANTIAGO.- Grupos chilenos que cultiven ritmos bailables, hay cada vez más. Pero los que merezcan probarse la corona de auténticos reyes de la fiesta local, ésos son pocos. Entre ellos, sin dudas está la Banda Conmoción, un combo de inspiración nortina que este sábado anotará un nuevo hito en su trayectoria, cuando inauguren la tercera edición local de Lollapalooza (11:45 horas).
"Lo tomamos muy bien, nos interesa abrir el festival y tener una convocatoria de público más familiar", destaca Cristián Sanhueza, director de la Banda e insigne dueño del bombo en las actuaciones de la misma.
Sin embargo, llegar a este punto no fue nada fácil: Ya en 2012 habían sido invitados, pero los de "Pregonero" optaron por no aceptar. "No hubo acuerdo económico. Ésa es una de las grandes críticas a este festival, aunque uno sabe que en otros incluso hay artistas que pagan por tocar, pero eso no nos compete. Nosotros decidimos no ir porque era una suma irrisoria", recuerda Sanhueza.
Ahora las cosas son distintas: "Al sentir que nos llaman por segunda vez, con más ganas y más empeño, uno siente que se valora a la Banda. Allí habrá mucha gente que nosotros queremos que nos escuche, así es que lo tomamos positivamente. Lo entendemos como una buena posibilidad, y no vemos nada como regalado", sentencia el músico.
Por eso, llevan rato enfocados en sus 45 minutos de presentación, donde mostrarán los temas de sus discos Pregonero (2008) y Cuerpo repartido (2010), pero también algunas canciones nuevas que terminaron de tomar forma en su reciente gira de verano.
-Éste será otro entorno, porque buena parte del público más rockero suele verlos a altas horas de la noche, en ambientes más prendidos...
-No creas. Dentro de los eventos que tenemos, hemos fomentado mucho lo familiar. Para nosotros hacer conciertos de día es mucho mejor. Seguimos tocando mucho de noche, pero nosotros hemos promovido que empiecen antes las fiestas, que se carretee más de día, así es que no nos viene mal. Hemos tratado de ofrecer alternativas. Perfectamente podemos hacer un concierto un sábado a las 4 de la tarde, por ejemplo. Lo hemos probado y funciona, la gente prende igual. Eso nos deja tranquilos. Será un show bien energético y bien fiel a lo que hacemos.
-¿Cómo evalúas el hecho de que ustedes puedan encender a la gente, provocar vacilones, pero sin apelar directamente a la cumbia y la pachanga, sino a elementos locales que hasta ahora no habían sido recogidos para fiestear?
-Es la raja. Los medios tratan de ponerle un nombre a las cosas, y a esto le pusieron "la nueva cumbia". Pero son más elementos los que nosotros incorporamos a la música, desde el formato mismo, que es de una banda de pueblo. Ya eso cambia la noción. Para nosotros ha sido muy importante contribuir a la sonoridad, no dejarla encerrada en las fiestas populares de los pueblos, sino que traerla acá a Santiago, ampliarle los criterios musicales a la gente, que se vacilen temas instrumentales.
-Y así como ha funcionado acá, ¿crees que funcione en eventos como el Lollapalooza de Chicago, por ejemplo?
-Tenemos la experiencia de giras a China, Europa, donde si bien hay cierta similitud con algunas fanfarrias más gitanas, el ritmo y el formato movieron a todos. Esta música hace mover a la gente y llega. Entendemos que la música sucede, y funciona.