''Yo he conocido a muchos chilenos y ninguno es feo. Un país bonito hace gente bonita'', dijo, en español, Eddie Vedder a los presentes.
Luciano Riquelme, El MercurioSANTIAGO.- Eran los dos nombres fuertes de la primera jornada de Lollapalooza, y aunque ambos visitaron el país hace relativamente poco, su reencuentro con la fanaticada local se sintió como una primera vez. Queens of the Stone Age y Pearl Jam revivieron en el Parque O'Higgins el intenso lazo que los conecta con la audiencia chilena, la que no los veía desde 2010 y 2011, respectivamente.
Los primeros en aparecer en el festival creado por Perry Farrell fueron los de California. A las 19:15 exactas Josh Homme dio el vamos al show con "You think I ain't worth a dollar, but I feel like a millionaire", seguido de "No One Knows". Con este emblema de "Songs for the Deaf" rápidamente terminaron de echarse al bolsillo a las miles de personas que llegaron al recinto capitalino -que luego demostraron que habían llegado mayoritariamente para ver a Pearl Jam.
Tras continuar con la energía de "First It Giveth", "Sick, Sick, Sick" y "Monsters in the Parasol", el vocalista hizo una pausa para presentar al "gran músico y maravilloso ser humano" que es Eddie Vedder. El líder de Pearl Jam los acompañó en "Little Sister", provocando que las primeras filas hicieran precisamente lo que más teme la voz de "Corduroy": se aplastaran aún más para verlos.
La hora y cuarto que estuvo el quinteto en el escenario fue una avalancha de singles -además del adelanto de "My God Is the Sun", que estará en el disco que lanzarán en junio, "...Like Clockwork"-. El show fue intenso y los consolidó como uno de los platos fuertes del festival, no obstante, el punto culmine llegó después, con Pearl Jam.
Los primeros acordes de "Release" revolucionaron a la multitud, y los saltos de la fanaticada comenzaron a hacerse notar minutos después con "Go", "Even Flow", "Do the Evolution", y "Corduroy". Como consecuencia, Eddie Vedder repitió el ritual con que mide el desenfreno: pidió que todos retrocedieran tres pasos (y esta vez le resultó inmediatamente, no como en su visita anterior).
La comunión entre la audiencia y Mike McCready, Stone Gossard, Jeff Ament, Matt Cameron y Vedder se mantuvo arriba durante las dos horas y cuarto de presentación, e incluyó las tradicionales interacciones del vocalista en español.
La primera de ellas sacó risas, al decir que "el vino chileno es más rico que la chucha", pero también sacó aplausos al volverse emotivo. "Yo he conocido a muchos chilenos y ninguno es feo. Un país bonito hace gente bonita. Somos la playa y ustedes las olas", dijo. El remate se produjo tras el primer bis, cuando el Parque O'Higgins cantó el cumpleaños feliz a McCready y el guitarrista recibió un tortazo.
La euforia que levantaron hacia la primera parte de la presentación se mantuvo con temas como "Giving to Fly"o "Jeremy", pero se transformó a ratos en nostalgia, como ocurrió con "Black". No obstante, todo terminó en fiesta, cuando empezaron a cerrar con una pirotecnica " Rockin' in the Free World" junto a dos invitados sorpresa, Perry Farrell y Josh Homme. El adiós definitivo fue como casi siempre: "Yellow Ledbetter".
En su tercera visita a Santiago, el quinteto de Seattle hizo gala de su trayectoria en puesta en escena y setlist, pero, por sobretodo, demostró que con ellos cada show es incomparable al anterior.