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Compañía uruguaya regresa a Chile con la más irreverente tradición de la murga

Agárrate Catalina estará este jueves y viernes en Nescafé de las Artes con "El fin del mundo", una obra que vuelve a los orígenes murgueros y en la que se ríen de todo y de todos. Su director cuenta las claves del género y del montaje.

17 de Abril de 2013 | 12:18 | Por Sebastián Cerda, Emol
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El maquillaje y el vestuario son la norma en Agárrate Catalina y en la murga tradicional uruguaya, un género callejero que apela a ''intentos desesperados de llamar la atención''.

Rodrigo López

SANTIAGO.- Probablemente, al escuchar la palabra "murga" a muchos se les venga a la cabeza un tema como "El murguero", de Los Auténticos Decadentes, y el resto de las composiciones con aires de barra de estadio que la banda argentina ha transformado en infaltables de la fiesta.

Sin embargo, la murga va mucho más allá de eso: Se trata de una manifestación histórica que nace en los primeros años de independencia de Uruguay, con grupos en los que la música era apenas un ingrediente que se mezclaba con otros como el teatro de máscaras, el humor y el carnaval.

Todo esa tradición es la que esta semana regresa a Chile de la mano de Agárrate Catalina, una de las más insignes agrupaciones de murga uruguaya que este jueves y viernes se presentará en el Teatro Nescafé de las Artes.

Su director, Yamandú Cardozo, ahonda en los sellos que los distinguen, enfatizando en que la uruguaya no es tanto una murga de baile colectivo, sino más bien de escenario, aunque siempre callejera. "Nuestro carnaval se distingue del resto de América por eso, porque es de espectáculos, que coexisten durante 45 días. Tiene poco de religioso, es una fiesta horizontal, y eso fija nuestra murga, que es como una comedia musical, pero con temática social, con presencia de la sátira, de un humor muy corrosivo, de caricatura. Son cantantes que actúan, y actores que cantan un texto. El instrumento principal son las gargantas", explica.

De este modo, apuntan lo teatral se impone con creces sobre lo juerguero. "También hay alegría, colorido, pero es más un carnaval de reflexión a través del humor", dice Cardozo, quien resalta que en "la Catalina" se mantiene el espíritu de la calle, aunque estén encerrados en un teatro. De ahí que permanezcan fieles al vestuario y a la apariencia del origen.

"Nuestro maquillaje es nuestra máscara, viene del teatro antiguo, en que se buscaba resaltar los rasgos. Nuestra expresión es callejera, de 1800 y tantos, cuando se cantaba sin amplificación para dos cuadras de gente. Los espectáculos de la calle apelan a intentos desesperados de llamar la atención, porque compiten contra el tránsito, la gente que pasa. Por eso el colorido, la sobreactuación, el maquillaje", cuenta.

En ambos días en Santiago, Agárrate Catalina aparecerá en el escenario de Manuel Montt a las 20:00 horas con su obra "El fin del mundo", una creación que data de 2006 y que aprovechaba la fiebre por el 21 de diciembre de 2012, pero que, según asegura Cardozo, no ha perdido validez luego de que el planeta siguiera en pie tras esa fecha.

"Esto nace con una premisa bastante atemporal, que mezcla un poco el mito con la verdad, y que dice que si hay un cataclismo las cucarachas serían las únicas que podrían superarlo y sobrevivir a lo humano. A partir de ahí, somos cucarachas que reclaman a los seres humanos la devolución del mundo que nos pertenece. Todo es caricatura del ser humano, fotografías pasadas por el filtro del humor", con espacio para temas como la violencia, el miedo, la resignación al orden establecido, la legalización de la marihuana y las instituciones religiosas. Lo que garantizan, es que no queda títere con cabeza.