Una de las actuaciones principales de su carrera es la que cumplieron en el Estadio Víctor Jara, cuando ese recinto todavía se llamaba Estadio Chile, en 1988. Eso es historia. En el presente, Upa se apresta a tocar en otro principal escenario santiaguino que les faltaba: el Teatro Caupolicán, donde el grupo chileno dará un concierto (ver recuadro al final de la entrevista) este viernes 19 de abril.
La alineación es la misma con la que estos músicos se iniciaron en 1985 y empezaron a grabar en 1986, como parte de la generación de grupos de pop y rock que emergió en Chile en la segunda mitad de esa década: Pablo Ugarte (voz y bajo), Mario Planet (voz y guitarra), Sebastián Piga (voz, saxo, guitarra y teclados) y Octavio Tabo Bascuñán (batería).
-Siempre tocar con los Upa es sentirse seguro de un montón de cosas, emocionales, de caracteres: sabemos quiénes somos, hay un cuento histórico -dice Octavio Bascuñán, quien tal como sus compañeros se ha mantenido vigente en la música con otros grupos paralelos.
-El sacrificio es grande, pero también esperamos que la recompensa sea grande: ya el hecho de estar sentados los cuatro acá tiene un saborcillo a recompensa -agrega Sebastián Piga-. Y estamos allanando el camino para pasarlo bien en el concierto, eso es fundamental. Que salga redondo, cuidando los detalles, disfrutarlo.
No sonábamos ochenteros cuando tocábamos
No es la primera reunión en la historia de Upa. Tras su primera separación en 1991, tuvieron su primer reencuentro en la capitalina discoteca Oz el 2 agosto de 1996, por invitación de la Radio Zero. Volvieron a tocar en 1998, luego en 1999 con motivo de su disco Punto infinito... (1999), celebraron sus veinte años en el Teatro Providencia en 2005, actuaron en la Cumbre del Rock Chileno en 2007 y habían cumplido su última gira a la fecha en 2009.
Y la base de esa historia está en sus cinco discos, a partir de los iniciales Upa! (1986), con éxitos como "Sueldos", "Cuando vuelvas", "Fotonovelas", "La bamba" y "Quizás 2.000", y Que nos devuelvan la emoción (1988), con "Ella llora" y "Creo que voy a morir", además de la versión de "Río río" para la banda sonora de la película "Sussy" (1987), de Gonzalo Justiniano.
El registro continúa con la colaboración junto a Andrés Calamaro en la producción de Un día muy especial (1990), difundido por los singles "El cité" y "Los bloques", y con los más recientes discos Punto infinito… (1999) y En vivo (2000), que contienen las canciones "Volcán", "Agua para un té" y "Departamentos en el centro", entre otras. A este repertorio se acaba de incorporar en las últimas semanas el guitarrista Mario Planet, quien vive y toca en París, mientras sus compañeros vienen ensayando hace tres meses.
-Genial, porque está todo prácticamente hecho -sonríe Planet, reunido ahora con el grupo en la sala de ensayo en Santiago-. Y es llegar a darme cuenta de que toco en una banda tremenda, da gusto. Ya me doy cuenta porque cada vez que vamos a tocar recorro los temas con los discos, y digo "Ah: están buenas estas canciones". Sin falsa modestia. Me gustan. Entonces llego a tocarlas acá y las cosas ya están andando súper bien.
-¿Los demás también hacen ese ejercicio de escuchar los discos previos?
Pablo Ugarte: Yo vengo escuchando Punto infinito... hace como doce años por lo menos una vez al mes. Es un disco que me acompaña hace tiempo. Y las canciones clásicas, del disco amarillo (Upa!, de 1986), "Cuando vuelvas", son tan parte de uno que ya no las pones. Pero Punto infinito... fíjate que lo sigo descubriendo. Será porque es el último. El resto (de las canciones) surge de nuevo acá y uno se reencuentra tocándolas, más que nada. Ahora, igual uno las escucha en la radio, o en el supermercado. Pero sentarse a escuchar las canciones de los '80, yo por lo menos no.
Mario Planet: Yo de repente hago visitas temáticas. Además de que me gusta harto escribir, y con los temas de Upa me he disciplinado un poquito, escuchándolos, para ponerlos en perspectiva, acordarme de ciertas cosas, tratar de aterrizar todo eso. He estado más disciplinado que por el placer. Estoy haciendo arqueología de mí mismo.
Octavio Bascuñán: Se produce una sincronía entre lo que grabamos en los '80 y lo que empezamos a tocar ahora. Eso es lo distinto a otras ocasiones en que nos hemos juntado y no hemos tenido tiempo para hacerlo: antes quizás las canciones en vivo nos salían un poquito rápidas, pero ahora hemos logrado sintonizar ese tempo, más claro, en canciones como "Sueldos", "La bamba". Eso es algo nuevo, aparte de los temas nuevos: esa tónica nueva en los temas viejos.
Planet: Yo interpreto eso como la serenidad que tenemos ahora para tocar. Estamos parados bien firmes.
-Una cosa que también es nueva es que toquen en el Teatro Caupolicán. ¿Tiene un significado especial eso?
Planet: Sí, francamente para mí desde chico ése es un lugar mágico. Entrar por ese pasillo, (el circo de) Las Águilas Humanas, los primeros mitines de la oposición a Pinochet eran en el Caupolicán…
-¿Están haciendo nuevas versiones de las canciones iniciales, o se proponen tocarlas igual como en los discos?
Planet: Las tocamos hoy día con mucho respeto. Sé que hay una identidad de canción que les pertenece, eso hay que tratar de rescatarlo. Pero las estamos tocando hoy día, no hay una especie de (preguntarme) qué efecto usé para esa época. Igual me siguen gustando los mismos sonidos, espero tener un sonido definido. Pero son más bien tocadas hoy en día, tratando de no ser traicioneros.
Ugarte: No estamos haciendo un cover de nosotros mismos. No estamos haciendo un cover de los '80. Y creo que en los '80 tampoco sonábamos ochenteros cuando tocábamos. Empezamos a sonar más '80 por nuestros discos, pero la gente que nos vio en la sala Constitución, en Arte Cámara Negra, en La Nona… tampoco éramos tan la batería como Willi Iturri (del grupo argentino GIT, de moda en la época). Éramos un grupo de rock que no tenía idea de que estábamos en los '80. Y hoy día eso mismo es lo que suena, pero con personajes que tienen bastante más kilometraje, otra serenidad, la nota ya se toca con otra musculatura, y eso el instrumento lo reconoce. La nota suena de otra manera. Son las mismas canciones tocadas por la gente que tiene más camino.
Reggae, sintetizadores, dark y cumbia: dos veces más rico
"Detrás de cada tipo existe una historia que contar", dice Pablo Ugarte en cita al comienzo de la letra de la canción "Las masas son gente", del primer disco. "Es la historia humana detrás de cada personaje para llegar al este concierto", agrega, "en una edad en que ya estás en muchas cosas y tener el tiempo para hacer un Caupolicán es imposible: la vida sigue igual de arrolladora, de intensa. Y esa misma ola que está a punto de reventar nos hemos tenido que parar a surfearla, y esperamos que no nos revuelque".
-A propósito de esto heterogéneo que somos nosotros, esta malla tan diversa influye de una manera súper mágica en la sala de ensayo -continúa el mismo cantante-. Yo creo que eso es lo que nos tiene treinta años de amigos, porque donde más nos entendemos, donde más nos transformamos en uno, es cuando estamos tocando. Paramos de tocar, nos ponemos a conversar y quizás no estamos de acuerdo en todo, pero cuando estamos tocando no nos queda otra que cada uno poner su parte y se arma una música que es la música de Upa. Ése es el lugar donde somos uno. Y ésa es la magia de permanecer como grupo.
-Cada uno tiene una historia distinta: ¿eso fue así también desde el comienzo en el grupo, por eso es que el primer disco es tan variado? ¿Cómo aparece el sonido electrónico de una canción como "Pasajeros del útimo Metro", por ejemplo?
Planet: En los "Pasajeros" la canción estaba hecha como si la hubiéramos tocado en una guitarra.
-¿Y cómo quedó tan robótica?
Planet: Porque tratamos de encontrar un ritmo que diera la imagen de un tren subterráneo. Trabajamos con Hernán (Rojas, el productor del disco), que tenía la tecnología e hicimos una secuencia. Pero en el Caupolicán vas a ver que esa canción la podemos tocar sin secuencias, porque ya estaba hecha.
Ugarte: Ahora el bajo es orgánico.
Planet: Orgánico. Entre paréntesis, la otra vez supe que Erasure, y estoy totalmente de acuerdo con ellos, escriben las canciones con guitarra. Y es un grupo sintético a fondo, pero antes que la cuestión no suene con guitarra no se ponen a trabajar con sintetizadores.
Sebastián Piga: Es la forma de componer, no de producir.
Ugarte: Es verdad que (a pesar de) ese eclecticismo que dices, con temas distintos y todo, quizás nuestra columna vertebral era la urbe. Santiago. Y lo que estábamos sintiendo. Y creo que también hay una columna musical que, a pesar de que los temas fueran de distintos estilos, siempre era Upa. Puedes escuchar "La bamba", el reggae ("Africa"), el rock ("Rock de París"), y era Upa, quizás porque no sabíamos tocar tanto: era un mensaje súper condensado y finalmente fuimos encontrando esas sonoridades.
-¿Por ejemplo de dónde sale "África", que es un reggae?
Planet: Como decía Bob Marley, la música es la única cosa que te golpea y que no te hace mal. Y yo tenía cierta sensibilidad con las cosas que pasaban en el mundo, era un poco evidente juntar un problema africano con un reggae. Y el gusto de tocar reggae físicamente es muy rico. Todo eso se junta: el mensaje, el momento político, el reggae, una especie de cosa religiosa.
-En cambio "La nada" es una canción mucho más oscura.
Piga: Éramos personajes muy urbanos. Más que hablar tanto de la ciudad como relato, vivíamos la ciudad. Nos movíamos ahí, íbamos a los barrios, pasábamos por Plaza Italia, era normal pasar a comer algo antes de que se fuera el último bus para alguna parte.
-O el último Metro.
Piga: Bueno, de ahí viene el último Metro (la canción). Eso era así: nos movíamos, estábamos activos, metidos en un movimiento social de alguna forma. Eso queda evidenciado en las canciones. "La nada" nace de lo mismo, de que en una de ésas no nos dejaron entrar a una fuente de soda. Una cosa tan tonta y tan importante como ésa: no nos dejaron entrar porque andábamos vestidos como jóvenes de la época y seguramente alguien antes causó problemas por algo…
Planet: Pero al mismo tiempo se transforma en algo universal, sobre la exclusión de todo un lote de personas.
Tabo: Otro aspecto que es que tocábamos harto, nos juntábamos prácticamente desde la nueve de la mañana a las nueve de la noche, y de eso se extraían canciones por partes. El caso de "La bamba" o "Ella llora" nacían así, con frases sobrepuestas.
-¿De hecho un ejemplo de eso es "Cuando vuelvas"? Se supone que Mario Planet quería tocar como Robert Fripp, pero mucha gente encuentra que esa guitarra suena como una cumbia. ¿Pasaban cosas que incluso ustedes no pretendían?
Planet: Uh uh uh (rectifica); sabes que la línea medio cumbianchera de "Cuando vuelvas" es a propósito. Nosotros hemos sido amateurs de la cumbia desde jóvenes. En un momento, ¿te acuerdas, Seba?, en un balneario íbamos a una fuente de soda que era del pueblo, de la gente que vivía ahí, muy lejos de los lugares playeros. Había un jukebox, poníamos monedas y bailábamos cumbia. Después siguió en la universidad, esa sensualidad, entonces además Sebastián, que es muy pillo, hizo una secuencia (de acordes) en "Cuando vuelvas", una cadencia extremadamente popular. Esa cosa medio erótica nostálgica merecía una cumbia. Es verdad que me encanta Roberto Fripp. Entonces es como Robert Fripp tocando cumbia en una canción de amor erótica.
-¿"Cuando vuelvas" debería tener una versión en cumbia?
Planet: Me encantaría. Siempre he pensado que un grupo de cumbia debería toca una versión de "Cuando vuelvas", y así sería dos veces más rica.
Noche de estrenos
Del reciente disco Punto infinito (1999) el grupo va a tocar "Volcán", "Esquizo", "Punto infinito" y "Departamentos en el centro", adelantan.
-Hay un buen lote -dice Planet-, porque es verdad que hay una densidad en ese disco, es como la flama de Upa que vive en esas canciones particularmente. Ese amor un poco desesperado, la ciudad.
-Pasa algo también con esas canciones: que parecen nuevas -agrega Piga-. Son parte casi del repertorio nuevo que vamos a tocar. Los más amantes o seguidores de Upa las conocen, pero los que no dicen "Qué buena esa canción nueva".
Upa llega además con canciones inéditas para estrenar en su concierto. "Respiras por dos", "Tus besos al aire" y "La nueva fe" son los estrenos que harán sonar en el Caupolicán.
-Ahí hay una visión de la vida de hoy día, porque eso nos nos abandona -dice Planet-. De repente me digo que Upa es una tribuna también: todo el mundo quiere decir algo, conversamos en los bares, en las calles, ahora chateamos, ponemos cosas en las redes sociales. Nosotros tenemos la suerte de poder cantar. Entonces estamos respondiendo a una cuestión natural, tratar de decir algo. Decir cómo vemos la cosa hoy en día.
"Siempre ha habido contacto entre nosotros", continúa el guitarrista, que por un tiempo se encontró con Ugarte durante una estada reciente del bajista en Francia. "Digamos que el agua estaba a fuego lento, Pablo llegó a vivir un tiempito a París y ahí le subimos un poco el gas y empezamos a componer, y Sebastián que nunca ha parado de componer, y Tabo que ha seguido tocando".
-Y me doy cuenta de que los problemas de los jóvenes en Francia son exactamente los mismos que acá, con las debidas proporciones -concluye el guitarrista-. Entonces no me cuesta nada hablar de lo que está pasando con la sociedad occidental hoy en día, porque lo vivo, y eso calza de una u otra manera con lo que está pasando acá. (Las canciones) Hablan del Chile actual aunque hayan sido escritas en otras latitudes, porque hay algo que nos recorre.
-¿Es pronto para pensar en un disco nuevo de Upa con esas canciones?
Planet: Podemos hacerlo, imaginar un disco redondo, una carátula cuadrada, ningún problema, pero la cuestión está súper desmaterializada hoy día.
Ugarte: El continente está medio difuso.
Planet: Sin embargo tenemos un cuerpo de obra, y no es pedantería. Cuando hacemos canciones con Upa no es que llegemos con una especie de mosaico que vamos a juntar de manera forzada, sino que hacemos una especie de cuerpo. Ahora cuando pienso en un disco más bien pienso en una obra.