No debe ser sencillo pasar de ser unos completos desconocidos, a ser etiquetados como los responsables de publicar uno de los mejores discos del año en el país. Esa sensación —con el vértigo del acotado tiempo transcurrido entre la edición del trabajo y el reconocimiento que una facción especializada de la prensa les entregó— fue la que debe haber vivido el grupo Portugal en 2010, cuando editaron por primera vez el muy celebrado Viajes de Memoria (reeditado en 2011 por Sello Azul).
Puede que haya habido algo de mareo, pero ya estaba, qué se le iba a hacer. Había que seguir trabajando y enfrentar lo que se viniera con el peso y las ventajas de esa carga. La vía rápida, entonces, era repetir la fórmula: Piano rock, algo de romanticismo, melodías amables y suaves, toques acústicos. Sin embargo, el grupo se tomó el tiempo necesario para tomar la decisión de mover el timón, y enfilar hacia otros territorios. Tal vez de paisajes similares, quizás no tan lejanos, pero finalmente nuevos.
Así, en el reciente Kaipaan Sinua puede mantenerse la búsqueda melancólica y gris del debut, pero esta vez no sólo desde una perspectiva invernal. Esa aproximación ahora también puede darse desde una zona más claustrofóbica a inquietante, lo que se evidencia en cortes como "La casa viste de negro", con toques de oscura electricidad y tintes progresivos (además de étnicos), más cercanos a la tradición de Radiohead que a la de Antony and the Johnsons.
"Señor del viaje veterano" extrapola esa línea, dejando que, desde una vereda propia, asome un espíritu en común con alguno de los muchos que rondan a Faith No More ("Stripsearch"), al alero de un piano que se permite entrar en una nueva dimensión, como un elemento ya no sólo armónico, sino además emotivo y estético. En ese mismo borde, "Mis celestes que no ven" también suma avances en lo lírico, gracias a un emotivo e intenso relato acerca de la vejez de un ser querido, que se contrapone a historias algo menos logradas, como la de "Receta de domingo".
Piezas como "En este año", en tanto, recrean el sello de Viajes de memoria, pero sólo como para recordar que el quinteto de ese disco es el mismo que el de éste. Por cierto, con experiencia e inquietudes que permiten llevar la mirada más allá de las que parecían sus marcas, hasta cuajar un trabajo que muestra sus armas para figurar, tal como su antecesor, entre los mejores que el pop chileno haya dado en la temporada.
—Sebastián Cerda
soundcloud.com/portugalsuena